El arte entre hilos de oro y seda, el secreto mejor guardado de Uzbekistán

París, 22 nov (EFE).- El arte de Uzbekistán protagoniza dos exposiciones este otoño en París, con las que el país centroasiático propone al visitante descubrir su historia y su cultura, especialmente con la artesanía textil con hilos de oro y seda.

La exposición "En los caminos de Samarkanda: Maravillas de seda y oro" que abre sus puertas mañana miércoles en el Instituto del Mundo Árabe de París, muestra ropas, tapices, cuadros, espadas y joyas tradicionales, con multitud de piezas jamás expuestas hasta ahora al público.

A través de los objetos elegidos, la exhibición transporta a sus visitantes a la alta sociedad de Uzbekistán de los siglos XIX y XX y exhibe el saber hacer de los artistas y artesanos de una nación entrecruzada por la diversidad cultural y étnica.

La seda y al algodón son dos de los materiales que marcaron la industria artesanal del territorio, conocido por ser parte de la Ruta de la Seda, la milenaria red comercial que comenzaba en China y cruzaba por el continente asiático hasta llegar a Occidente.

"Es una nueva manera para Uzbekistán de decir que estamos aquí, a pesar de que no sea tan conocido para los occidentales", explicó a EFE el director de estrategia de la Fundación para el Desarrollo de Arte y Cultura de Uzbekistán, Jalol Nasirov.

Subrayó que esta colección es la primera de este tipo que se exhibe en Occidente, y muestra la artesanía uzbeka con su extensa diversidad de técnicas de bordado, teñido y diseño. "Es un trabajo artesanal y siempre es precioso", afirmó Nasirov.

Algunas de las vestimentas tradicionales expuestas eran usadas tanto por hombres como mujeres, como los chapanes, un abrigo de una sola pieza, de materiales variados según la clase social.

Los hombres de la alta sociedad podían llevar chapanes con bordados en oro, a diferencia de las mujeres, que tenían prohibido llevar este material en la vestimenta, aunque sí podían lucirlo en sus accesorios.

Algunas prendas tenían una función de talismán, con frases del Corán bordadas que sirven para ahuyentar el mal de ojo y las enfermedades de la persona que las llevasen.

Los tapices uzbekos de colores vivos tienen diversas decoraciones, y algunas de ellas son un testimonio irrefutable de la historia religiosa del territorio, con símbolos del islam y del zoroastrismo.

Los diseños más complejos pueden llevar hasta ocho años de trabajo, como los suzanis, unas intrincadas telas empleadas como dote de casamiento.

Esta exposición se expone en paralelo con una muestra en el Museo del Louvre denominada "Los esplendores de los oasis de Uzbekistán", que se centra en la parte arqueológica del patrimonio del país.

Esta segunda muestra reúne más de 130 obras, muchas de ellas jamás salidas de su país hasta ahora, para explicar el papel de Uzbekistán y de sus oasis como cruce enriquecedor de civilizaciones durante la época dorada de la Ruta de la Seda.

Los presidentes de ambos países, Emmanuel Macron y Shavkat Mirziyoyev, visitan hoy ambas exposiciones dentro de la visita oficial a Francia que realiza este último.

Carmen Muela Morales

(c) Agencia EFE