Arrestan a dos sacerdotes por tener sexo en plena vía pública de Miami Beach

En la tarde del pasado lunes, cuando la tormenta tropical Gordon todavía azotaba Miami Beach, la policía de esa ciudad en el sur de la Florida recibió una queja de conducta lasciva en plena vía pública.

Cuando los agentes llegaron al lugar, en la cuadra 1300 de Ocean Drive -que con buen clima estaría repleta de gente, pero a causa de la tormenta estaba prácticamente desierta- halló a dos hombres en un auto enfrascados en sexo oral.

Un oficial de la policía abordó el auto y le pidió al pasajero que estaba al volante que bajara su ventana cuando notó que estaba semi desnudo.

Edwin Giraldo-Cortez, izq. y Diego Berrio, der. Foto: policía de Miami Beach

Los dos hombres, Edwin Giraldo-Cortez, de 30 años, y Diego Berrio, de 39, fueron arrestados por actos lascivos. Pero no se trataban de simples ciudadanos, sino de sacerdotes católicos.

“Observé al acusado Berrio en el asiento del pasajero, realizando sexo oral con el acusado Giraldo, que estaba sentado en el asiento del conductor. Los pantalones de Giraldo estaban abiertos y sus genitales quedaron expuestos”, escribió en su reporte el oficial que hizo los arrestos.

La Arquidiócesis de Chicago dijo que Berrio es pastor de Misión San Juan Diego en Arlington Heights, Illinois, y Giraldo-Cortez era un sacerdote externo de Soacha, Colombia, que sirvió en la Parroquia St. Aloysius en Chicago durante un mes.

En una declaración, la Arquidiócesis de Chicago dijo que el Cardenal Blase J. Cupich, que sirve como el noveno arzobispo, inmediatamente destituyó a Berrio del ministerio y le retiró su capacidad para oficiar.

La Arquidiócesis de Chicago también dijo que informó a la diócesis local de Giraldo-Cortez en Colombia que al hombre “no se le otorgarán facultades adicionales para oficiar”.

“Es nuestra responsabilidad garantizar que aquellos que sirven a nuestra gente sean aptos para el ministerio. Tomamos este asunto muy en serio y proporcionaremos actualizaciones a medida que estén disponibles”, escribió la Arquidiócesis de Chicago.

El escándalo profundiza el daño a la reputación de la Iglesia Católica en Estados Unidos, sacudida por denuncia de miles de casos de abuso sexual, en particular a menores.

Berrio está siendo acusado de comportamiento lascivo y se le mantuvo con una fianza de $250. Giraldo-Cortez está siendo acusado de exposición indecente y conductas lascivas y fue retenido con una fianza de $ 1,500.

Ambos hombres salieron de la cárcel el martes por la noche.