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El Arrastre de Caudas conmueve a los fieles cristianos en Quito

Unos sacerdotes católicos participan en el ritual del Arrastre de Caudas en Quito el 16 de abril de 2014 (AFP | Juan Cevallos)

Último rito de su especie en el mundo cristiano, el Arrastre de Caudas lleva a los asistentes de la emoción al temor reverencial. Sacerdotes vestidos con capas negras convierten esta ceremonia en un atractivo de la Semana Santa de Quito. Previo al Jueves y Viernes Santos, la Catedral de Quito deviene en escenario de una tradición con cinco siglos de antigüedad. El sonido grave de un órgano inunda el templo, donde 2.500 personas, muchas de ellas extranjeras, aguardan expectantes el ingreso de los religiosos en medio de un intenso olor a incienso La ceremonia ha comenzado. Siete canónigos con hábitos de terciopelo avanzan lentamente hacia el altar mayor arrastrando sus largas caudas. El arzobispo de Quito, Fausto Trávez, cierra la procesión. Las capas negras simbolizan el pecado y también son señal de luto por la muerte de Cristo. Los sacerdotes llevan una reliquia religiosa de oro y piedras preciosas con incrustaciones de madera que, según la Iglesia católica, corresponden a fragmentos de la cruz de Cristo. "Ver las capas largas de un negro aterciopelado a uno le sacude el alma y la conciencia", dice Carmen Altamirano mientras asiste conmovida al acto, que este año por primera vez se transmitió en vivo por internet. - Una tradición romana - El Arrastre de Caudas tiene su origen en el funeral de los generales del imperio romano. Cuando un jefe del ejército moría, su sucesor batía sobre el cuerpo una bandera negra con una cruz roja para captar simbólicamente su valentía. Luego, el estandarte era agitado sobre los soldados para transmitirles la fuerza del general abatido. Esta práctica pasó a la Iglesia católica como "una forma de exaltar la cruz como el símbolo máximo del cristianismo e instrumento de sacrificio para la redención", explicó a la AFP Alfonso Ortiz, historiador ecuatoriano. La tradición llegó a América desde Sevilla. Después, pasó a Lima y, en 1550, llegó a Quito. Actualmente, esta liturgia es parte del patrimonio religioso de Ecuador. En la capital ecuatoriana, "es el único lugar donde todavía se practica y es un rito muy sobrecogedor", según Ortiz. Los fieles entran en trance cuando los canónigos se tienden sobre el suelo con gesto grave y el arzobispo agita sobre sus cabezas la bandera negra con una cruz roja para transmitirles las virtudes del cristianismo a la usanza de los antiguos jefes militares romanos. Monseñor Luis Tapia, que durante 20 años ha participado en este ritual, explica que las caudas pueden alcanzar hasta 12 metros de largo y son una adaptación cristiana de los atuendos fúnebres romanos. - Atractivo turístico - El Arrastre de Caudas es en esencia una ceremonia fúnebre que se ha convertido en uno de los mayores atractivos del turismo religioso en Ecuador, un país de mayoría católica, reconocido por la belleza de sus templos. El sonido imponente del órgano, el olor a incienso y el rostro adusto de los clérigos impacta en los fieles, que pasan de la curiosidad al temor reverencial. "Escuchar ese órgano me hizo remontarme a una época antigua", expresa Marco López, un fiel ecuatoriano de 45 años. Los extranjeros tampoco son indiferentes frente a la singular ceremonia. "Soy católico y para mí era importante estar en esta ceremonia. Sentía curiosidad por verla", manifiesta Terry Neuenhaus, un estadounidense de 65 años. "Estoy emocionado, fue como estar en el cielo", agrega. La procesión del Jesús del Gran Poder de cada Viernes Santo es otro de los momentos importantes de la Semana Santa, que reúne a miles de fieles y penitentes. La capital recibe alrededor de unos 64.000 turistas en Semana Santa. Este año, el Arrastre de Caudas fue transmitido por internet y a través de una pantalla gigante ubicada fuera de la catedral (centro colonial), de acuerdo con Luz Elena Coloma, gerente de Quito Turismo.