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Armenia afronta con incertidumbre los primeros comicios tras la guerra en Karabaj

Ereván, 19 jun (EFE).- El futuro del líder armenio en funciones, Nikol Pashinián, está en el aire. Los armenios acuden mañana a las urnas para decidir en unas elecciones parlamentarias anticipadas si aún merece su confianza pese a la derrota del país en la guerra de Nagorno Karabaj el año pasado.

"No sé a quién votar. Todos son malos. Todos son políticos que ya conocemos y sabemos que no han hecho nada bueno. Ojalá hubiera una cara nueva, pero como no la hay, estamos como estamos", dijo a Efe el taxista Vagarshak, de 55 años.

Las declaraciones del conductor reflejan los ánimos que dominan estos días en Ereván, la capital del país.

Muchos ciudadanos expresan su hartazgo de la clase política e impotencia ante unas elecciones en las que están convocados a votar 2,5 millones de electores armenios y en las que, aseguran, no tienen a quién elegir.

KOCHARIÁN, EL PRINCIPAL RIVAL

El principal adversario del liberal Pashinián en las elecciones de mañana es el expresidente conservador Robert Kocharián, líder del bloque Armenia.

Kocharián celebró este viernes un multitudinario mitin en el centro de Ereván para presumir de apoyo popular. La concentración del exmandatario logró reunir casi el doble de participantes que la Pashinián, celebrada un día antes.

Muchos armenios, entre ciudadanos de a pie y expertos, consideran que la repentina popularidad de Kocharián, criticado anteriormente por su gestión al frente del país entre los años 1998 y 2008, está relacionada, sobre todo, con el rechazo a Pashinián.

"Kocharián concentra ahora los ánimos de protesta", comentó a Efe Alexandr Iskandarián, director del Instituto del Cáucaso.

El analista explicó que actualmente en Armenia se repite la misma situación que hace tres años, cuando el entonces opositor Pashinián aglutinó los ánimos de protesta contra las élites gobernantes.

CAÍDA DE POPULARIDAD DE PASHINIÁN

La popularidad de Pashinián, aupado al poder por la revolución pacífica de 2018, cayó drásticamente tras el conflicto bélico en Nagorno Karabaj, que dejó más de 4.000 muertos en el lado armenio y obligó a Ereván a renunciar al control de casi el 70 % de los territorios que controlaba en la disputada región desde hace 30 años.

Según las encuestas de intención de voto, el bloque de Kocharián parte con una ligera ventaja sobre el Pacto Cívico de Pashinián, aunque el resultado es tan ajustado que los expertos prefieren no hacer pronósticos acerca del resultado de la votación.

Con todo, las encuestas de las últimas semanas dejaron una constancia de una acelerada caída de los apoyos del partido de Pashinián y la subida del número de los partidarios de Kocharián.

Y es que, para expresar su rechazo a Pashinián, algunos darán su voto a Kocharián "incluso si este político no les gusta", explica Iskandarián.

En total, en los comicios anticipados de mañana participan 21 partidos y cuatro bloques, aunque la verdadera batalla se librará entre las fuerzas de Pashinián y Kocharián.

DUDAS SOBRE LA PARTICIPACIÓN

De acuerdo a las encuestas, un tercio de los votantes puede no acudir a las urnas mañana.

Pero varias personas consultadas por Efe en las calles de Ereván durante la jornada de reflexión de este sábado afirmaron que ejercerán sin falta su derecho a voto, al tiempo que se negaron a revelar el nombre de la formación a la que votarán.

"Tengo claro que no votaré a las autoridades actuales, voy a elegir a los que intentarán sacar el país de esta situación", dijo una residente de la capital armenia.

TEMOR A CHOQUES

La prensa armenia advierte de posibles choques entre los ganadores y los perdedores de la votación de mañana, cuando se anuncien los resultados de las elecciones.

Los expertos confían a su vez en que la Policía logrará reprimir cualquier intento de infracción del orden público, pero ven muy probables las manifestaciones postelectorales de los seguidores de Pashinián y de Kocharián.

Prácticamente todos coinciden en que habrá acusaciones de falsificaciones, circunstancia que podrá en duda la legitimidad del vencedor a ojos de sus detractores.

Anush Janbabian

(c) Agencia EFE