Argentinos en Bélgica: Nicolás Frutos, el goleador que volvió a Anderlecht para ser ayudante de campo de Kompany

Nicolás Frutos choca las manos con Vincent Kompany en el banco durante un partido
Fuente: Archivo

El seleccionado de Bélgica mantiene desde hace dos años el primer puesto en el ranking FIFA. Fue tercero, tras vencer 2-0 a Inglaterra, en el Mundial 2018. Su diáspora de futbolistas es una de las más calificadas del planeta. De Bruyne (Manchester City), Lukaku (Inter), Courtois (Real Madrid), Hazard (Real Madrid), Carrasco (Atlético de Madrid), Mertens (Napoli), Alderweireld (Tottenham), Origi (Liverpool) y Witsel (Borussia Dortmund) son algunos de los que brillan en las principales ligas de Europa. Surgen de la Jupiler Pro League, el torneo belga que en poderío económico y repercusión ocupa un plano mucho más relegado.

La penetración argentina en el fútbol belga es reducida. Dos de los compatriotas que están en la actualidad pasaron por la etapa de futbolista y ahora se animan en la dirección técnica: Hernán Losada y Nicolás Frutos. Conocen el medio futbolístico y en Bélgica encontraron las condiciones para desarrollar un proyecto de vida. LA NACIÓN los entrevistó a ambos y por separado presenta cada artículo.

Argentinos en Bélgica. Hernán Losada, jugador en la quiebra y técnico en el ascenso y despegue de Beerschot

Como ex centro-delantero de Anderlecht, Nicolás Frutos obtuvo tres títulos de liga y cuatro copas durante cuatro temporadas y media. Se retiró en 2010, a los 28 años: "Tuve una carrera muy corta, dejé tras dos operaciones de Aquiles. No gané mucho dinero. Necesito trabajar para vivir".

Kompany se cuelga de Frutos en el festejo de un partido de Anderlecht
Fuente: Archivo

Compartió plantel con Lucas Biglia y Matías Suárez. Al club de Bruselas regresó en 2017 para dirigirlo solo por cuatro partidos, incursionó como comentarista en la TV belga y ahora, a los 39 años, es uno de los tres ayudantes de campo en Anderlecht de Vincent Kompany, el ex zaguero de Manchester City, que a los 34 años es el director técnico más joven de la Jupiler Pro League. "Mi etapa como jugador en Bélgica me marcó mucho, claramente. Desde lo humano y deportivo. De lo profesional, ni hablar", agregó.

Quien fue compañero de Sergio Agüero en Independiente -dupla ofensiva en el célebre 4-0 a Racing en 2005, con un hat-trick de él y un golazo del Kun- dice que el Rojo fue "ese primer amor, esa primera novia maravillosa. Increíble". Lo suyo sigue siendo el fútbol, pero sin encasillarse en algún lugar: "No encontré algo que diga quiero hacer esto. Me hace feliz estar dentro del fútbol, es un desafío permanente para ser competitivo. Soy un apasionado del fútbol, me gusta formarme permanentemente. En mi etapa anterior en Anderlecht creamos el Departamento de Performance. Hace 10 años que vengo estudiando y laburando. Hice cursos oficiales dictados por la federación, por la UEFA, por la Conmebol. O cursos de capacitación que dictan las universidades de video-análisis, de coaching, de preparación física. Me fui formando en todo. Estudiar metodologías de entrenamiento de diferentes entrenadores. Analizarlos de arriba a abajo. Estudiar también cómo trabajan los clubes, su filosofía institucional, su estrategia".

-¿Brujas desplazó a Anderlecht como el equipo más fuerte de Bélgica?

-Anderlecht es, lejos, el más grande de Bélgica. Hoy es superado económicamente por Brujas, que es el último campeón y tiene un plantel muy fuerte. Anderlecht está viviendo una transición después de haber sido manejado durante muchos años por una misma familia. Fue transferido a finales de 2017. Como todo cambio, lleva un tiempo. Con la llegada de Kompany tomaron la determinación de volver a las raíces.

-¿Es un club distinto al de tu etapa como jugador?

-La filosofía del Anderlecht es un juego muy ofensivo, agresivo, de presionar permanentemente y tener una gran posesión de la pelota. Busca un fútbol que atraiga al público, con futbolistas que han sido formados para que tengan un buen pie. Se le está dando la posibilidad a muchos jóvenes de las inferiores. La temporada pasada fue el segundo equipo de Europa con el promedio más bajo de edad.

-¿Qué te dejó la etapa de comentarista en la TV belga?

-Interpretar lo que es observar el fútbol desde otro lado. Aprender o tratar de descifrar cómo analizan los periodistas. Encontré de todo. Así como hay grandes profesionales dentro de los entrenadores, que estudian y trabajan, que van al detalle, también me encontré con periodistas de ese tipo y otros que llega el día del partido y ni conocen a los jugadores o si alguno no juega por lesión o suspensión.

-¿Por qué surgen tantos buenos jugadores belgas?

-Respondo con nombres propios. Courtois, arquero con muy reflejos y juego de pies. Kompany, de origen africano, pero nacido y formado en Bélgica, con el potencial físico de un africano, pero con un desarrollo técnico propio de aquí: posesión del balón, mucha capacidad técnica, pases filtrados, muy rápido para los relevos, lectura del juego. Capacidad ofensiva muy importante. Daniel Van Buyten, que hizo una carrera extraordinaria en Bayern Munich, de origen belga, gran potencial físico y capacidad técnica. Fellaini, de origen marroquí. Tiene el mix de agresividad y potencia física, con capacidad técnica para la filtración ofensiva muy buena. Un jugador box to box, que genera desequilibrio. Es un perfil de jugador que lo encontramos recurrentemente acá en Bélgica. De Bruyne es otro belga belga, un genio maravilloso con la pelota y agresivo en la recuperación de la pelota. Lukaku, de origen africano, formado y educado en Bélgica. Eden Hazard. Cuando vemos la mezcla de belgas francófonos, una de las lenguas de aquí, belgas de origen flamenco, la otra lengua, algunos belgas africanos del lado de Africa negra, del Congo, o de la África árabe. Toda esa mixtura, sumado al trabajo que lanzó la Federación hace 12 años atrás, hace que Bélgica sea N° 1 en el ranking FIFA.

En 2017, Frutos fue director técnico interino de Anderlecht durante cuatro partidos; también dirigió el Sub 21 del club de Bruselas
Fuente: Archivo

-¿No hay tensiones en esa mixtura de culturas y procedencias?

-Como en todas partes del mundo, siempre hay tensiones, raciales, culturales. El trabajo más importante que tiene el seleccionador es que todas esas raíces se transformen en una sola para obtener resultados. Lo logró, es muy meritorio el tercer puesto en la Copa del Mundo.

-¿El mercado belga se fija en el futbolista argentino?

-Los jugadores argentinos interesan, pero somos un mercado muy caro para nuestra liga. Está el caso de (Adolfo) Gaich. Brujas tiene un potencial económico importante, pero no pudo alcanzar las pretensiones de San Lorenzo y terminó siendo transferido a Rusia. Una contratación como la de Martínez Quarta es imposible. Se traen jugadores de Europa del este o de los países nórdicos, se encuentra un nivel técnico y una adaptación al clima y al idioma. Las posibilidades de éxito son más grandes porque el tiempo de adaptación es menor. Uno pone en la balanza hasta dónde toma el riesgo de ir a buscar un jugador argentino, que es de costo elevado, y las dificultades de adaptación al clima, cultura e idioma son más amplias.

Papá por cuarta vez, de Oscar

-Dijiste que Bélgica te marcó desde lo humano. ¿Podés ampliar el concepto?

-Me costó mucho adaptarme a la vida de Bélgica en mi etapa de jugador. Uno venía con los hábitos de cenar tarde, acostarse tarde. Son horarios diferentes. Hoy estoy acostumbrado y el organismo me lo pide, cenar a las 7 de la noche, tratar de que se corte todo a las 9 para ir a la cama. Son cosas imposibles en la Argentina. Tengo cuatro hijos, tres nacidos en Bélgica y uno en Argentina. Los dos mayores con mi primera esposa. Hace tres años estoy en pareja con mi segunda mujer, que es belga francófona, y cuando vamos a la Argentina cenamos los fines de semana a las diez, diez y media de la noche. Lo sufro desde lo físico, si bien lo disfruto desde lo familiar. Acá es un ritmo de vida más ordenado, diferente. Da una estabilidad que genera mayor rendimiento en lo familiar y lo laboral. Acá, para organizar una reunión entre un par de parejas amigas, hay que cruzar mensajes con cuatro o cinco semanas de anticipación. En la Argentina organizás un asado en 10 minutos. No digo que una forma de vivir sea mejor que la otra, son diferentes.

-¿Y para tus hijos, qué querés?

-Marcelo Mosset, un amigo, hermano de la vida, que también fue jugador de fútbol (ex Unión), me dijo una frase fantástica: "Los hijos son los padres disfrazados de niños que vienen al mundo para terminar de educarnos". Es la realidad. Tener hijos con culturas diferentes es como estar permanentemente en la universidad.