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Ginebra. Es argentino y armó un negocio para que los suizos interactúen

Cuando el publicista Julián Ginzo llegó a Ginebra, en 2001, tenía 25 años y varias experiencias de organización de eventos. Antes, en medio de su trabajo en agencias y fondos de inversión, había creado por su cuenta English at the bar, una serie de encuentros informales en bares irlandeses de Buenos Aires en donde los interesados en aprender inglés podían conversar con extranjeros. Pero su naturaleza extrovertida y sociable chocó con la dinámica de la ciudad suiza.

"Acá la gente no es tan cálida, tan de interactuar. Son más distantes, introvertidos, respetuosos. Además, muchos están vinculados a la banca privada, un sector muy reservado en el que las personas prefieren no abrirse sobre la vida que llevan", explica Ginzo, de 43 años, que decidió entonces armar su propio emprendimiento de eventos para que "la gente pudiera conocerse".

Junto a una socia suiza, Cécile Hofmann, creó la agencia Krazy, que en 2016 se reconvirtió en Monada, una empresa de eventos de lujo que factura US$200.000 al año. "Monada es una palabra que puede tener un sentido positivo o negativo según el contexto en que se la use. Que un argentino en un determinado ambiente diga 'esa chica es una monada', es un halago", señala Ginzo.

La compañía, que pronto abrirá una sede en Zurich, organiza cuatro tipo de eventos. Por un lado, desfiles de moda y arte en hoteles cinco estrellas como el Four Seasons y Ritz-Carlton, donde presentan colecciones de diseñadores europeos y de boutiques con modelos no profesionales. "Desfila gente común, pero con actitud", explica Ginzo.

Por otro lado, organiza "after work artísticos" y "eventos boutique" para marcas de lujo, en los que locales de marcas como Chanel, Jimmy Choo o Fendi abren sus puertas y reciben con un cocktail a sus clientes más exclusivos.

Además, Monada organiza "cenas de filántropos" que pagan una entrada de US$300 por persona para participar. Son cenas en una antigua casona con balcones internos en los que se realizan conciertos de ópera, cocinan los mejores chefs del país y se recolectan fondos para programas de algunas de las divisiones de la Organización de las Naciones Unidas u ONGs.

Monada se inició en 2016 con una inversión inicial de US$5000 provenientes de los ahorros propios de Ginzo y su socia y, según señala su fundador, la facturación del último ejercicio fue US$200.000, con un crecimiento de 70% anual desde su fundación. La empresa tiene 16 empleados de múltiples orígenes -Singapur, Bélgica, Brasil, Colombia, Rumania, Aruba- y una red de 12.400 invitados, todos residentes en el cantón de Ginebra.

"La gente no viene necesariamente porque le interesa la moda o el arte. Es un evento multifacético, que dura entre tres y cuatro horas y en los que hay un poco de todo. Viene gente que tal vez está sola y quiere conocer a alguien", explica Ginzo, que considera cumplido su objetivo inicial. "No solo logramos que la gente interactúe más entre sí, sino también logramos que los artistas puedan contar las historias detrás de la creación de sus obras", dice.

Si bien Ginzo fue uno de los fundadores de Krazy, fue su socia quien se quedó a cargo de la empresa durante los alrededor de 10 años que él vivió en Canadá, donde trabajó como jefe de producto para el Banco Nacional de Canadá y luego como director de Iniciativas Estratégicas en la principal compañía de telecomunicaciones del país, Bell Canada.

Ginzo también volvió durante un período corto a radicarse en la ciudad bonaerense de Junín, donde nació. Allí se dedicó a administrar un campo familiar e impulsar actividades culturales. Pero, casualmente, en la Argentina conoció a una irlandesa del norte que vivía en Ginebra y se volvieron juntos a Suiza, en 2016, donde retomó el vínculo comercial con su socia y decidieron dejar atrás Krazy para fundar Monada.

Si bien todavía está pendiente de la marcha de la producción familiar en la provincia de Buenos Aires, está satisfecho con su regreso al viejo continente. Emprender en la Argentina o en Suiza, dice, son dos historias diferentes. "Acá tenemos muchos menos factores para considerar. Por ejemplo, los precios son los mismos ahora y en cinco años. No tenés que pasártela renegociando contratos ni peleándote con proveedores. Acá si querés proyectarte a mediano plazo a partir de tus ahorros de ahora, es posible", dice.