Argentina aspira al Goya con una fábula con mucha realidad detrás

Madrid, 22 ene (EFE).- "La odisea de los giles" es una comedia con mucho de drama, una fábula llena de realismo, un entretenimiento con espacio de reflexión. Una película nominada al Goya a mejor película iberoamericana con la que Sebastián Borensztein busca seguir afianzando el dominio argentino en esta categoría.

"Es un orgullo y un honor la nominación, la recibí con enorme alegría y enorme expectativa", asegura a Efe Borensztein, que aún no sabe si podrá asistir a la ceremonia de este sábado en Málaga por compromisos de trabajo, algo que ya le pasó en 2011 cuando ganó el premio por "Un cuento chino".

Pero la película estará bien representado en la gala por miembros del equipo, entre ellos Darín, con quien le encanta trabajar con Darín, por lo que siempre buscan historias para colaborar.

Esta vez la encontraron en la novela "La noche de la usina", de Eduardo Sacheri, una tragicomedia de un grupo de gente engañada y desesperada que lo han perdido todo por el corralito.

Producida y protagonizada por Ricardo y su hijo, Chino Darín, con un reparto coral que incluye a Luis Brandoni, Verónica Llinás. Daniel Aráoz o Rita Cortese, la película es una divertida comedia pero que hace pensar al espectador.

"Me gusta hacer esas películas, no es que lo elijo, es lo que creo, la posición que yo tengo, entretener al público dándole a la vez un espacio de reflexión. El buen cine es el que combina ciertas dosis de reflexión con entretenimiento", explica el realizador de películas como "Capitán Kóblic".

Y eso es lo que hace en "La odisea de los giles", combinar el corrosivo y a la vez un poco inocente humor argentino con una visión tremendamente realista de la sociedad de su país, tan habituada a los vaivenes sociales y políticos.

"Los argentinos estamos acostumbrados a las crisis, a las entradas y salidas de las crisis", asegura Borensztein, que explica que este filme cuenta algo que pasó hace 20 años, con la suficiente distancia "para poder mirar y contar las cosas en el tono en que la película las cuenta".

Es necesaria esa distancia para poder procesar las cosas "y convertirlas en una historia, en un objeto artístico o en un película", agrega.

Eso es "La odisea de los giles", una película que ha funcionado muy bien en Argentina y que ha utilizado el tono de fábula para poder mantener la verosimilitud pese a que es una historia que establece una línea divisoria de blanco y negro, sin gama de grises.

"En la vida real los buenos no le ganan a los malos de esta forma y hay grises en el medio", señala Borensztein, que encontró la mayor dificultad del filme no en el tono justo entre comedia y drama si no en dar el espacio necesario a cada actor.

Ha sido su primera película coral y era difícil controlar a "tantos actores tan protagónicos y tan distintos, estar atento para que se transite por andares distintos pero que el espectador reciba imagen de grupo de personajes unido y creíbles".

Pero cada personaje "tiene su propia historia y su espacio de lucimiento" y hace de la historia un fresco de personalidades surrealistas que contribuyen mucho al tono de comedia amarga que tiene el filme.

Con 1.840.000 espectadores en Argentina -estuvo en cartel del 15 de agosto al 1 de enero-, la buena acogida que tuvo en festivales como el de San Sebastián o el de Toronto (Canadá) y el Premio Forqué a mejor película iberoamericana, conseguir este sábado el Goya sería "un broche espectacular", reconoce el director.

Pero para ello tendrá que batir a las otras tres nominadas: la chilena "Araña", de Andrés Wood; la colombiana "Monos", de Alejandro Landes, y la costarricense "El despertar de las hormigas", de Antonella Sudasassi.

Si gana el Goya sería el décimo octavo a mejor filme iberoamericano para Argentina, que domina de forma aplastante una categoría en la que los siguientes países más premiados son Cuba y Chile con cuatro galardones.

Alicia García de Francisco

(c) Agencia EFE