¿Arce al gobierno, Evo al poder? Se avecina otra compleja convivencia política

En su primer discurso tras ganar las elecciones presidenciales en Bolivia, Luis Arce prometió, con un tono conciliador, que gobernará para todos "corrigiendo los errores" y no mencionó al expresidente Evo Morales, todo un guiño, según analistas políticos.

Evo es el padrino político de Arce y jefe de campaña del Movimiento Al Socialismo (MAS). Ahora los ojos están puestos en él. La pregunta que desvela a los bolivianos es cuál será el papel del expresidente, que gobernó Bolivia durante 14 años, en el nuevo gobierno. ¿Podrá Arce, que carece del apoyo de las bases, despegarse de la sombra Evo? ¿Por su falta de carisma será un simple títere?

Algunos opositores se entusiasman con que Arce, artífice del milagro económico en el gobierno de Evo, y con un perfil técnocrata se convierta en el Lenin Moreno de Bolivia. Es decir, se dé vuelta, como el presidente ecuatoriano hizo con su padrino Rafael Correa, y gire hacia la derecha. Otra posibilidad es que el caso de Bolivia se parezca más al de Brasil, en donde la entonces presidenta Dilma Rousseff se mantuvo fiel a su padrino político Lula da Silva, que le dejó margen para actuar, hasta que se convirtió en ministro, en plena crisis de destitución de Dilma. O quizás pase como en la Argentina, como planteó el líder político boliviano Wilman Cardozo Surriabre. "¿Podría ser que el síndrome de "Albertítere" influya a Luis Arce para convertirse en "Luchotítere"?, dijo en un programa radial.

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En opinión del analista político boliviano Carlos Valverde, Arce podría ser como el expresidente colombiano Manuel Santos, "que se tiró contra su mentor Álvaro Uribe". "Aunque no tiene poder real y le falta liderazgo, puede generar una actitud diferente y eso lo haría crecer en la consideración popular, que en Bolivia significa mucho", dijo a LA NACION.

El papel que tendrá Evo es hoy "la pregunta del millón en Bolivia", sostuvo el analista político y docente universitario boliviano Carlos Dulón. "En el discurso en el que se proclamó ganador pareciera que Arce tiene una intención de ser diferente a Evo. Ha establecido que va a gobernar para todos los bolivianos, sin rencor y reconociendo errores del pasado, todo un cambio", dijo a LA NACION Dulón.

De acuerdo con el experto, el rol que cumplirá Evo se definirá con su vuelta a Bolivia, desde la Argentina. Morales encuentra refugiado en Buenos Aires, tras dejar el poder en noviembre por las denuncias de fraude en las elecciones en las que habría obtenido su cuarto mandato. El exmandatario tiene al menos seis procesos penales que le inició el actual gobierno, entre ellos uno por fraude electoral. Hoy en una conferencia de prensa, Evo dijo que iba a volver a su país "tarde o temprano".

"Si Arce acepta que Evo vuelva al país impune eso quiere decir que se va a convertir en su títere. Si acepta que sea procesado en el marco del estado de derecho creo que va a hacer la diferencia", anticipó Dulón,

En la misma línea que Dulón, el analista político boliviano Carlos Cordero, dijo que hay expectativas en Bolivia de un gobierno de Arce diferente y distanciado de lo que fue el MAS tradicional. "Durante la campaña, Arce ofreció un gobierno con identidad propia y mantuvo una cierta distancia prudente con Evo. Tanto Arce como su vicepresidente David Choquehuanca dijeron que Morales debería responder a la justicia por las múltiples acusaciones que tiene y también han manifestado que el entorno de Evo no debería retornar al poder y hablaron de una posible renovación a partir de la juventud del MAS", explicó.

La contundente victoria del MAS en primera vuelta (52,4% de los votos frente al 31,5% de Comunidad Ciudadana, de Carlos Mesa, según el conteo preliminar) le da Arce, en opinión del analista Franklin Pareja, "cierta autoridad moral". Ahora el presidente electo "tiene la gran oportunidad de hacer prevalecer el Masismo antes que el Evismo", dijo.

Según Pareja, "es fundamental entender que Arce rompe con la tradición de la política boliviana del caudillismo. El nuevo presidente no es un caudillo, es un tecnócrata que no tiene en su vida luchas sociales ni sindicales. Es más conciliador y al no tener concentrado el poder ni el liderazgo de Morales eso le obligará a negociar y establecer decisiones más compartidas", explicó.

Otro punto importante, de acuerdo con los analistas consultados, es el peso del vicepresidente Choquehuanca, que fue canciller de Evo, pero hoy está distanciado y tiene divergencias con el círculo de poder del expresidente. "Choquehuanca ha sufrido los embates de autoritarismo de Evo, sobre todo al final. Incluso fue puesto en la congeladora y criticó al MAS por convertirse un partido autoritario y caudillista que no representaba a la gente. Quizás con ese apoyo, Arce pueda generar una nueva manera de gobernar diferente a la de Evo", dijo Doulón.

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Es pronto para saber cómo actuará Arce y como advirtió Cordero, en "Bolivia todo puede ocurrir". "Tal vez Morales piense que ha llegado su oportunidad de retomar el poder", acotó.

Es incierto también si Evo tendrá un rol marginal en el gobierno o si ocupará un cargo ministerial, tal vez la Cancillería, como se especula. Lo que no se duda es del poder de Evo o de su capacidad de liderazgo incluso aunque no esté en el país. Como lo resumió Pareja: "hoy en día la disputa no es entre el MAS y otro partido sino en el interior de la misma fuerza".