‘Se apoderó de todo’: Historias relacionadas con los riesgos poco conocidos de la marihuana

Aimee Washington, de 44 años y madre de cuatro hijos, dice que sin cannabis no puede dormir ni comer, y que tiene ataques de pánico cuando intenta dejarlo, en Grand Rapids, Míchigan, el 2 de octubre de 2024. (Andrea Bruce/The New York Times)
Aimee Washington, de 44 años y madre de cuatro hijos, dice que sin cannabis no puede dormir ni comer, y que tiene ataques de pánico cuando intenta dejarlo, en Grand Rapids, Míchigan, el 2 de octubre de 2024. (Andrea Bruce/The New York Times)

A medida que la legalización de la marihuana se extiende por todo el país, la gente está consumiendo esta droga con más frecuencia y con potencias cada vez mayores. La mayoría de las decenas de millones de personas que consumen marihuana, con fines recreativos o de salud, no experimentan problemas. Pero un número cada vez mayor, sobre todo de grandes consumidores, ha experimentado adicción, psicosis y otros efectos nocivos, según The New York Times.

“El cannabis es muchas cosas a la vez”, explicó Kevin Gray, psiquiatra y especialista en medicina bioconductual de la Universidad Médica de Carolina del Sur. “Puede ser terapéutico desde el punto de vista médico. También puede ser muy problemático”.

En entrevistas y encuestas, cientos de personas contaron síntomas graves al Times, a veces aterradores, y esas personas se quedaron atónitas al enterarse de que los síntomas podían estar causados por el cannabis. Éstas son algunas de sus historias.

David Krumholtz, actor conocido por películas como “10 cosas que odio de ti” y series de televisión como “Numb3rs”, volvió a fumar marihuana en 2016, tras una pausa de una década. Al cabo de unos meses, empezó a experimentar ciclos de náuseas y vómitos intensos, una afección que puede llegar a ser debilitante llamada síndrome de hiperémesis cannabinoide. Puede provocar deshidratación, convulsiones, insuficiencia renal, paro cardiaco e incluso la muerte en raras ocasiones.

David Krumholtz, un actor que sufrió síntomas debilitantes de una afección llamada síndrome de hiperémesis cannabinoide cuando volvió a fumar marihuana en 2016 tras una pausa de una década, en Ridgewood, Nueva Jersey, el 2 de octubre de 2024. (Michelle V. Agins/The New York Times)
David Krumholtz, un actor que sufrió síntomas debilitantes de una afección llamada síndrome de hiperémesis cannabinoide cuando volvió a fumar marihuana en 2016 tras una pausa de una década, en Ridgewood, Nueva Jersey, el 2 de octubre de 2024. (Michelle V. Agins/The New York Times)

Perdió 45 kilos y entraba y salía de urgencias. En su casa de Nueva Jersey, pasaba diez horas seguidas en baños calientes, que por razones desconocidas pueden aliviar temporalmente los síntomas.

“Tuve entumecimiento en las extremidades, dolor en el pecho y se me disparó la presión arterial”, dijo.

Krumholtz, de 46 años, cree que habría muerto si no hubiera sufrido un episodio que casi lo hace perder su trabajo ideal, un papel en la taquillera película de 2023 “Oppenheimer”, y que lo inspiró para dejar la marihuana definitivamente.

“Parece una droga tan inocente. Pero para algunos de nosotros existe un peligro real, un efecto secundario realmente perjudicial”, afirmó.

Aimee Washington, de 44 años y madre de cuatro hijos en Grand Rapids, Míchigan, empieza a fumar cannabis media hora después de levantarse y consume seis cigarrillos. “Es algo que hago todos los días, todo el día”, mencionó.

No puede dormir sin fumar cannabis, tampoco comer. Cuando intenta dejarlo, sufre ataques de pánico. “Se apoderó de todo”, dice.

Este verano, pensó de nuevo en dejar de consumir la droga, pero se sintió intimidada por los síntomas de abstinencia que había experimentado en el pasado: dolores de cabeza, falta de apetito, cambios de humor, aumento de la ansiedad e insomnio tan intenso que una vez permaneció despierta durante varios días.

“Si no fumo, mi ansiedad aumenta bastante”, comentó.
En agosto, Washington empezó a trabajar en un dispensario local. El trabajo tiene un horario flexible y beneficios, pero le ha dificultado aún más dejar de consumir marihuana.

Mientras trabajaba en su casa de Richfield, Utah, capturando datos durante la pandemia, Annika Sheehan intensificó su consumo de concentrados de cannabis de alta potencia, llegando a fumar cada 15 minutos. Empezó a oír voces, ver demonios y experimentar otras alucinaciones.

Estos síntomas psicóticos la han perseguido durante los últimos tres años, ya que se le han diagnosticado diversos trastornos de estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo, ansiedad y trastorno por consumo de sustancias, y en ocasiones ha consumido marihuana en exceso.

“Esas voces se hacen mucho más fuertes sobre todo cuando fumo”, dijo Sheehan, de 24 años. “Es un susurro constante en mi oído y también tengo pensamientos intrusivos”, explicó.

Este año, un médico de un programa de tratamiento de adicción a las drogas que le diagnosticó un trastorno límite de la personalidad le explicó que el cannabis probablemente contribuía a su psicosis. “Fue la primera vez que alguien conectó los puntos”, dijo.

Ahora que lleva tres meses sin consumir, a veces sigue oyendo voces y pasos que no existen.

c.2024 The New York Times Company

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