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Los animales emplean técnicas de distracción parecidas a las de los magos, revela estudio

BASADOS EN LA FASCINACIÓN que genera la magia en las personas, un investigador y su equipo decidieron comprobar si los animales serían capaces de “caer” en los mismos trucos de magia que los humanos.

La magia puede crear ilusiones, como mover objetos o desparecerlos. “Sus metodologías de engaño se basan en nuestra inestabilidad atencional y perceptiva”, explicó Elías García-Pelegrín, autor del estudio y científico del departamento de Psicología de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.

Si esta hipótesis se comprobara, los científicos sugieren que se tendrían no solo mecanismos de atención parecidos, sino también un nivel de comprensión del mundo que nos rodea y unas expectativas de las leyes físicas semejantes.

“Si estuviésemos acostumbrados a que los objetos desaparecieran de la nada o que levitaran, el hecho de hacerlos desparecer o levitar no nos impresionaría mucho. Estudiar a los animales con trucos de magia nos ayuda a entender los sistemas de expectación que tienen y cómo ven el mundo a su alrededor”, dio a conocer García-Pelegrín a la agencia científica Sinc.

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En el estudio, publicado en la revista Science, los psicólogos demostraron que animales con cognición avanzada como los primates, la familia de los cuervos y la de los cefalópodos (pulpos y sepias) emplean técnicas de distracción y de control de la atención parecidas a las que utilizan los magos.

“El hecho de que estas especies inteligentes sean capaces de utilizar las técnicas con otros muestran que deben ser susceptibles a ellas, ya que, si no, el comportamiento sería de poca utilidad”, explica el investigador.

SISTEMAS DE PERCEPCIÓN ANÁLOGOS

Según el experto, “ser susceptible a las mismas (o al menos parecidas) técnicas de control de atención en las que los humanos normalmente caemos, sugiere que estos animales deben tener sistemas de percepción y atención análogos a las personas”.

Un ejemplo de ello es el caso del arrendajo euroasiático (Garrulus galandarius), de la familia de los cuervos, que esconde avellanas en el suelo para consumirlas un par de semanas más tarde. Pero tienen que recurrir a métodos de distracción de la atención ante otros arrendajos o ardillas simulando esconderlas en diversos lugares para que no se las roben.

Por otra parte, el cuervo gigante (Corvus corax), que en estado natural convive con lobos y normalmente les roba los huesos y restos de carne, es capaz de percibir los momentos en que están distraídos y así sustraerles su comida.

“Estas técnicas son muy interesantes a nivel ecológico, pero también en el psicológico, ya que entender y poder imaginar el estado atencional de otro ser vivo (de la misma especie o de otra) es una habilidad cognitiva muy avanzada y parte de lo que se llama teoría de la mente, una habilidad cognitiva que se ha considerado tan importante como la bipedestación para la evolución humana”, señala el investigador.

El estudio de los efectos mágicos puede ofrecer a los investigadores oportunidades para nuevas líneas de investigación sobre la percepción y la atención, explicaron.

“Yendo más allá de la intersección entre la magia y la mente humana, la aplicación de efectos mágicos para investigar la mente animal puede impulsar la comparación de reacciones conductuales entre diversas especies, en las que los efectos mágicos podrían explotar puntos ciegos perceptivos y obstáculos cognitivos similares”.