Andrew Johnson, el primer Presidente de los EEUU en ser sometido a un ‘impeachment’

Se conoce como ‘impeachment’ al procedimiento que es realizado mediante las cámaras legislativas de una nación para poder un proceso de destitución del presidente, tras haber sido acusado éste de algún tipo de traición, deslealtad, corrupción o cualquier otro delito grave que hubiese beneficiado sus intereses personales por encima de los del país que representa.

Andrew Johnson fue el primer Presidente de los EEUU en ser sometido a un ‘impeachment’  (imagen vía Library of Congress)
Andrew Johnson fue el primer Presidente de los EEUU en ser sometido a un ‘impeachment’ (imagen vía Library of Congress)

El Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se verá sometido a uno de estos procesos, tras haber sido aprobado por la Cámara de Representantes y ser acusado de haber presionado a su homólogo ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, con el fin de obtener información confidencial que podría perjudicar a uno de sus contrincantes políticos de cara a las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

Trump será el tercer presidente estadounidense en ser sometido a un impeachment: Andrew Johnson en 1868 (de cuyo caso te explicaré más detalladamente unos párrafos más abajo) y Bill Clinton (envuelto en un asunto sexual conocido como ‘escándalo Lewinsky’) en 1998. Ambos fueron absueltos y ninguno de los procedimientos abiertos, hasta la fecha, a un máximo mandatario ha terminado desfavorable para estos.

Cabe destacar que, en 1974, el entonces presidente Richard Nixon dimitió de su cargo, tras destaparse el ‘caso Watergate’, sin dar tiempo a que la Cámara de Representantes pudiese llevar adelante un impeachment contra éste.

Andrew Johnson, el primer presidente estadounidense en ser sometido a un proceso de destitución, es uno de los casos más curiosos, aunque no prosperó el deseo de una parte de la Cámara de Representantes y fue absuelto por tan solo un voto de diferencia.

Johnson era un político hecho a si mismo. Provenía de una familia humilde de Carolina del Norte (concretamente de Raleigh, capital del Estado) y con tan solo diez años se puso a trabajar como aprendiz de sastre, oficio que aprendió y tras marcharse hasta la población sureña de Geeneville (Tennessee) allí abrió una sastrería a los 18 años de edad y en poco tiempo se convirtió en una de las fuerzas vivas de la población. Dos años más tarde fue elegido concejal, posteriormente alcalde y con el paso del tiempo acabó como representante estatal y federal por el Partido Demócrata y siendo nombrado Gobernador en 1845,

Dos décadas más tarde fue escogido por Abraham Lincoln para que le acompañara en su segunda legislatura, en las presidenciales de 1864, en lo que se llamó ‘Unión Nacional’. El presidente Lincoln, que representaba al Partido Republicano, quería que, de ser elegido nuevamente, se cicatrizasen todas las heridas abiertas entre los estadounidenses a causa de la Guerra Civil que se estaba llegando a cabo en el país desde 1861 y que estaba a punto de finalizar. Para ello quería ser acompañado por un vicepresidente del Partido Demócrata y proveniente de los Estados del Sur.

Dicho tándem político no fue demasiado bien visto por algunos sectores republicanos ni por los demócratas. De hecho, Andrew Johnson se presentó junto a Lincoln sin tener el beneplácito de la mayoría de los correligionarios de su partido.

Como ya es sabido, Lincoln ganó las elecciones, pero pocos días después de tomar posesión de su segundo mandato, fue asesinado por el confederado John Wilkes Booth en el teatro Ford de Washington, el 15 de abril de 1865. A partir de aquel momento Andrew Johnson fue nombrado decimoséptimo Presidente de EEUU, teniendo por delante una difícil y dura legislatura.

Se trataba de un representante demócrata ejerciendo de presidente en un gobierno que había ganado un republicano y que eran mayoría en las cámaras, por lo que continuamente se encontraría con la oposición a muchas de las decisiones políticas que tomase en los siguientes cuatro años.

Johnson, que inició su legislatura coincidiendo con el final de la Guerra Civil, quiso gobernar para todos los estadounidenses, cerrar aquellas heridas abiertas por culpa del conflicto bélico.

En los siguientes años fue continuamente acusado por los representantes republicanos de favorecer a los Estados del Sur (perdedores de la guerra) y de sustituir algunos cargos de cierta relevancia dentro del ejecutivo por personas afines a los demócratas e incluso antiguos confederados.

También cabe destacar que, tras el asesinato de Lincoln por parte de John Wilkes Booth, algunos fueron quienes llegaron a insinuar que tras el magnicidio se podría encontrar Andrew Johnson.

La suma de todo ello provocó que tuviese una muy complicada legislatura y el continuo intento de un importante sector republicano (que era mayoría en la Cámara de Representantes) por abrirle un proceso de destitución.

Se consiguió abrírselo a raíz de la destitución por parte de Johnson de Edwin M. Stanton como Secretario de Guerra y su sustitución por el célebre general Ulysses S. Grant.

Stanton, que llevaba ocupando el cargo desde la primera legislatura de Lincoln, contaba con el total respaldo de los republicanos y en los años en los que ejerció bajo el gobierno de Johnson fue un firme opositor al presidente en su política de indulgencia con los confederados. Su sustituto en el cargo, a pesar de también pertenecer al Partido Republicano y haber sido uno de los grandes militares del Ejército de la unión durante la Guerra Civil no contaba con tantos apoyos (en ese momento) como su antecesor en la Secretaría de Guerra, además de que se había declarado amigo personal del presidente.

A todo ello hay que sumar la negativa de Johnson a nombrar un vicepresidente (cargo que él había estado ocupando durante unos días). Toda esta situación, de crispación política, facilitó las cosas para que se iniciara un impeachment contra Johnson a partir del 5 de marzo de 1868.

Después de docenas de testigos, abogados, fiscales y políticos que desfilaron por el Senado, el 16 de mayo de aquel mismo año se procedió a la votación en la que los senadores decidirían se destituía al presidente Johnson o no. El mandatario tenía todas las de perder, debido a que el Senado era mayoritariamente republicano.

De los 54 senadores se necesitaba el voto afirmativo de 36 (dos tercios de la cámara). Parecía que lo tenían ganado porque 42 de los presentes eran del Partido Republicano, pero sorprendentemente siete de ellos decidieron votar en contra del impeachment al presidente Johnson, quedando la votación con 35 votos afirmativos y 19 negativos, a un solo voto de conseguir esa mayoría de dos tercios exactos.

Fuentes de consulta e imagen: senate.gov / lawlibrary / slate / pbs

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