Andres Oppenheimer: El contundente informe de la ONU sobre Venezuela| Opinión

El nuevo informe de las Naciones Unidas que acusa al dictador venezolano Nicolás Maduro de ser directamente responsable de “crímenes de lesa humanidad” es una de las acusaciones más explícitas que he visto últimamente contra un presidente en ejercicio.

Y, sin embargo, sorprendentemente, cuando los presidentes y cancilleres de México, Argentina, Colombia, Perú y otros países latinoamericanos hablaron ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York la semana pasada, ni siquiera mencionaron los abusos contra los derechos humanos en Venezuela.

Se trata de una de las mayores crisis de derechos humanos del mundo, que está teniendo lugar ante sus propias narices y que, según estimaciones anteriores de la ONU, ya ha resultado en más de 6,700 ejecuciones extrajudiciales y más de 6 millones de refugiados. Y, sin embargo, la mayoría de los presidentes latinoamericanos se hicieron los distraídos.

Peor aún, algunos de ellos, como el presidente de Argentina, Alberto Fernández, incluso pidieron el relajamiento de las sanciones internacionales a la dictadura venezolana.

“Argentina se suma al reclamo de los pueblos de Cuba y Venezuela para que se levanten los bloqueos que esas naciones padecen”, dijo Fernández.

Al margen de ni siquiera mencionar las atrocidades cometidas por Maduro, uno solo puede preguntarse de dónde sacó Fernández eso del “reclamo de los pueblos” de Cuba y Venezuela, considerando que ninguno de ellos ha tenido la libertad de expresar su opinión libremente en las urnas.

El presidente colombiano Gustavo Petro habló ante la Asamblea de la ONU sobre las “mariposas amarillas” y las bellezas naturales de las selvas de Colombia, lo que no tiene nada de malo, pero ni siquiera mencionó la palabra “Venezuela”. Petro habló de todo menos de la crisis venezolana, que ya ha hecho que unos 2.5 millones de venezolanos hayan buscado refugio en Colombia, huyendo del desastre de Maduro.

El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, quien representó al presidente de su país, habló sobre la guerra de Ucrania y otros temas mundiales, pero no se refirió a la mayor crisis humanitaria de su propia región. Pocos meses atrás, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador había boicoteado la Cumbre de las Américas en los Angeles, California, citando la decisión del presidente Biden de no invitar a los dictadores de Venezuela, Cuba y Nicaragua.

La mayoría de los discursos de los presidentes ante la ONU la semana pasada tuvieron lugar apenas horas después de que la Misión Internacional Independiente de Investigación sobre Venezuela, nombrada por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, emitiera su informe denunciando las atrocidades de Maduro.

El informe encontró evidencia generalizada de “un plan orquestado por el presidente Nicolás Maduro y otras personas de alto nivel para reprimir la oposición al gobierno, incluso mediante la comisión de actos de tortura extremadamente graves que constituyen crímenes de lesa humanidad”.

Citó “asesinatos consistentes con patrones previamente documentados de ejecuciones extrajudiciales y otras violaciones en el marco de operativos de seguridad” por parte del régimen venezolano. Y también encontró evidencia de “actos de tortura y tratos crueles, inhumanos y degradantes, incluida la violencia sexual y de género, por parte de los servicios de inteligencia y las fuerzas del orden del Estado”.

Biden merece crédito por haber incluido un párrafo en su discurso ante la ONU denunciando “años de opresión política” en Venezuela, y exigiendo “un diálogo liderado por venezolanos” y “un regreso a elecciones libres y justas”. Sin embargo, salvo menciones algo lavadas de los presidentes de Chile y Ecuador, la mayoría de los presidentes latinoamericanos ignoraron el tema de Venezuela.

Los expertos internacionales en derechos humanos coinciden en que el informe de la misión independiente de la ONU es inusualmente duro, porque cita a Maduro por su nombre. El informe también incluye numerosos ejemplos documentados de atrocidades del gobierno venezolano que podrían servir como antesala de un caso de la Corte Penal Internacional contra Maduro.

José Miguel Vivanco, especialista en derechos humanos del Consejo de Relaciones Internacionales, una organización independiente en Washington, me dijo que “este informe es el más contundente y fuerte que he visto de las Naciones Unidas sobre Venezuela.” Agregó que “no es un informe genérico, sino que aporta datos concretos con nombre y apellido”.

Y, sin embargo, la mayoría de los presidentes latinoamericanos usaron sus discursos ante la ONU para hablar sobre las “mariposas amarillas” y otros temas no relacionados con la crisis venezolana. Su silencio cómplice solo ayudará a envalentonar a Maduro, y a otros dictadores.

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