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ANALISIS-La inquietud sobre el banco central podría alejar a los inversores de Indonesia

Bank Indonesia's logo is seen at Bank Indonesia headquarters

Por Shashwat Awasthi

BENGALURU, 21 sep (Reuters) - Es poco probable que los inversores extranjeros vuelvan a los mercados indonesios hasta que el país pague más por la deuda o dé pruebas fehacientes de que no van a presionar al banco central para que financie el endeudamiento público a largo plazo, según afirman gestores de fondos.

La demanda externa de deuda pública en la mayor economía del sudeste asiático, normalmente muy apreciada por sus rendimientos del 7%, que son cada vez más infrecuentes incluso en los mercados emergentes del mundo, se ha desplomado desde marzo, y las participaciones extranjeras alcanzaron en agosto su nivel más bajo en diez años.

Esas entradas son esenciales para Indonesia, en un momento en que el país trata de financiar los programas estatales de lucha contra el coronavirus y reactivar una economía debilitada por meses de restricciones internas y mundiales.

Sin embargo, las propuestas presentadas en el Parlamento este mes para aumentar la influencia de los ministros sobre la estrategia del Banco de Indonesia (BI), en un momento en que está ayudando a financiar el endeudamiento público para la crisis, han hecho más difícil obtener la confianza de los inversores.

El proyecto de ley se encuentra todavía en una fase temprana y las deliberaciones pueden llevar meses. Aunque los políticos han minimizado las amenazas a la independencia del banco, también dicen que es posible que el proyecto de ley garantice que ayudará a comprar la deuda pública en casos de emergencia.

"Desde el gran flujo de salida que vimos después del pico inicial de COVID... los flujos han sido realmente muy escasos en términos de apetito extranjero por los bonos indonesios", dijo Stuart Ritson, un gestor de cartera de deuda de mercados emergentes de Aviva Investors.

"Ciertamente, los titulares como los que hemos visto en las últimas semanas, que cuestionan la independencia del banco central, probablemente harán que los inversores sean más cautelosos a la hora de asignar el capital".

La agencia de calificación S&P Global dijo a Reuters la semana pasada que Indonesia tendría que gestionar los cambios propuestos con cuidado para evitar presiones sobre la calificación de su deuda soberana.

Ante la normalización de la compra de bonos de los bancos centrales en las principales economías durante la última década, las agencias de calificación y los inversores han dado a los Estados de los países en desarrollo más flexibilidad este año para tomar medidas que normalmente serían tabú.

El Banco de Indonesia ya está apoyando algunas de las emisiones de bonos de Yakarta.

Sin embargo, a más largo plazo, esos planes conllevan el riesgo de empujar a los Estados hacia la acumulación de nueva deuda que desaconseja el Fondo Monetario Internacional, preocupado por el tipo de impagos e inflación que han asolado Hungría, Argentina, Ecuador y el Líbano.

Con dicho fin, el mes pasado el FMI había advertido a Indonesia que gestionara su deuda mientras se enfrentaba a la pandemia, aunque su deuda pública como porcentaje del PIB sigue siendo muy inferior a la de muchos de sus homólogos de los mercados emergentes.

"Desde el punto de vista de un economista, la revisión propuesta será inequívocamente mala, ya que significaría aprobar la monetización de la deuda", dijo Toshinobu Chiba, jefe de carteras de renta fija de Nissay Asset Management en Tokio.

Gracias a los años dedicados a reconstruir su reputación desde la crisis de los años 90, los rendimientos de los bonos indonesios a 10 años están muy por debajo de los de Sudáfrica, Brasil y Turquía.

Chiba indica que aunque es positivo sobre el potencial alcista, los rendimientos tendrían que subir a niveles no vistos desde principios de julio para sentirse cómodo comprando.

"Nuestra posición es neutral en este momento, pero los bonos a 10 años serían atractivos si su rendimiento sube a, digamos, alrededor del 7,2%", dijo.

(Información de Shashwat Awasthi, Nikhil Kurian Nainan en Bengaluru, Gayatri Suroyo en Yakarta y Hideyuki Sano en Tokio; editado por Patrick Graham y Nick Macfie; traducido por Tomás Cobos)