Ana Baquedano, la joven mexicana que logró que la violación a la intimidad sea castigada

Foto cortesía de Ana Baquedano
Foto cortesía de Ana Baquedano

Ana Baquedano Celorio es una joven de 23 años que decidió enfrentar cualquier consecuencia con tal de defender su derecho a la intimidad. A los 16 años compartió una foto íntima y la persona a quien la envió la traicionó al hacerla pública. La misma historia que les pasa a muchos, pero esta vez esa acción detonó toda un proceso para la misma Ana, quien se asumió como víctima, se perdonó y posteriormente logró que ahora existan consecuencias legales para quien suba o distribuya fotos íntimas.

La decisión de aceptar el escarnio

Cuando su foto se hace pública y la ve gente tan cercana como sus amigos y familiares, gente de su ciudad, tuvo que aprender a tener herramientas para enfrentarlos.

“Yo viví todo esto no porque decidiera sino porque alguien más me expuso, yo no dí mi consentimiento para ser expuesta de esta manera y, ahora, puedo usar esto para apoyar a alguien más que está pasando esto. No me dio tiempo de pensar en las consecuencias, solo pensé que era mi responsabilidad y también estaba la cuestión de dejar de sentirme víctima”.

Como explica Ana, este tipo de acciones y hasta negocio de los blogs funcionan con el miedo, el miedo de las víctimas a ser reconocidas y al escarnio público o de sus círculos cercanos.

El miedo a que te vean vulnerable, que te vean en la intimidad y si les quitas eso, les quitas el poder. Ahora que me dedico a hablar de esto, nadie me ha querido amenazar, nadie se ha acercado para burlarse o para preguntarme de la foto”.

Ya no hay ataques porque me dedico a hablar de esto.

El camino hacia la denuncia

Cuando estoy expuesta en el blog de Yucatercos, nos narra, busqué denunciar pero ya había forma de dar ni con un teléfono, me entero que había una ONG, que se llama Indignación, que está llevando casos de víctimas, pues me uno y me doy cuenta que soy la única que no se está muriendo de miedo; tenía el privilegio de ya haber llevado mi propio proceso de sentirme fuerte y de sentirme libre. Y cuando una televisora quiere hacer un reportaje sobre esta labor, pues me dijeron a mí, que podía hablar.

Doy la entrevista y mi primer statement como activista, cuenta emocionada, fue pedir que saliera mi nombre y mi cara, que no me censuraran ni me distorsionaran la voz, porque si iba a pedir que no tuvieran miedo de denunciar no podía esconderme. Gracias a ese reportaje, salió la oportunidad de escribir un artículo, estar en la radio, también de dar una conferencia en la escuela, entre los que me invitaron a participar en estas conferencias en escuelas estaba la secretaría general de gobierno y, durante este tiempo conocí muchas víctimas que me preguntaban ‘qué puedo hacer, cómo denuncio’, yo las enviaba y me las mandan a su casa porque no había nada qué denunciar.

Y pues ahí fue cuando dije, cuenta, no puede ser que yo esté trabajando con gobierno y que de conferencias en las que les decía que no se callaran, que denunciaran y que no pudieran. Entonces, les propuse hacer una estrategia, pero vamos a hacerla bien les dije, dar las conferencias sí, pero también tiene que haber una solución del lado legislativo, y por sobre todo, nos dice con mucha convicción, una solución del lado de atención a víctimas y, pues les gustó mucho la idea y me asignaron a una persona de Consejería Jurídica y la persona que iba a ayudar a escribirlo.

La iniciativa se escribió en diciembre, y desde la Secretaría General de Gobierno llegó al gobernador y de ahí al Congreso, en marzo se aprobó por unanimidad.

La Ley en el Congreso de Yucatán

Aprobada por unanimidad y con vigor a partir del 1 de agosto de 2018, la ley dice lo siguiente:

A partir del primero de agosto de este año será delito el publicar, difundir o exhibir las fotos, videos, audios o texto de contenido sexual sin consentimiento de la persona que los protagoniza, a pesar de que se le hayan sido confiados. Con sus respectivos agravantes en caso de haber sido pareja o de tratarse de menores de edad. También lo será si un tercero las comparte, sin necesidad de conocer a la persona. Lo mismo para las amenazas de hacerlo

Los términos, “sexting”, “pornovenganza”

Para Ana ninguno de estos términos refleja el espíritu de la Ley que logró se aprobara, pues en las anteriores se sobreentiende una participación, es decir, en el sexting puede existir un intercambio concensuado, mientras que el término de pornovenganza, pues ya es otra cosa, casi como si la persona se dedicara a esa industria.

Cuando empecé a ver los términos que se manejaban en la prensa, casi me dio un infarto, lo están entendiendo mal, porque además las Comisiones tiene derecho a modificar las iniciativas, y sí, efectivamente la modificaron, pero para mi sorpresa lo hicieron para bien le aumentaron el delito de la sextorsión, me encantó su trabajo”.

Aunque existen otros estados con leyes similares, la tarea, ahora, nos explica Ana, sería hacer un frente unido a estos delitos con conceptos iguales y entendidos.

Quitarles el poder y empoderarse

Si uno es la que cuenta tu historia y te apropias de esa foto o ese video y hablas de él, se les acaba el cuento, y es algo padrísimo, dice Ana. No sólo es quitarles poder, es algo más profundo porque es como reconciliarte contigo misma por haberte expuesto y entender que no hiciste nada malo.

Sí, por ejemplo, cuenta, mi mamá tenía mucho miedo que comenzara a hablar de esto porque no sabía a qué enemigo me podía enfrentar. Recuerdo escuchar a mis amigos y familia aconsejarme ‘dí que no eres tú’, que es alguien más. Y pues no, el hecho de negar que eres tú, tiene un tono de que te debería dar vergüenza, si alguien me hubiera robado mi bolsa no me daría vergüenza.

Yo creo que tengo todo el derecho de contar mi lado de la historia y eso es lo importante, comenzar a contar las historias. Quitarnos la verguenza.

Cómo empoderar a las víctimas

Vivimos en la tierra del consejo más solicitado, nos señala Ana, es muy difícil escuchar tantas opiniones. Es muy importante, que sepas lidiar con tantas cosas que te dicen, desde la negación o que aceptes que te equivocaste de persona al compartir una foto o un video, y no, no es así, los que deciden tomar algo que no es suyo son los que están mal. Sería increíble que la gente se diera cuenta que esas fotos o videos por sí mismos no tienen ningún poder, todo se lo agregamos nosotros, todos los significados, los calificativos.

Si tú que estás siendo expuesta, desmenuzas en tu mente lo que una foto representa para ti, le dejas de tener miedo a que juzguen tu calidad moral, sabes que no tiene absolutamente nada qué ver… que juzguen tu cuerpo, todas esas cosas las tienes que ir enfrentando, superando”.

Las víctimas siempre son amenazadas, afirma contundente, pero si dejas de hacer lo que tu agresor quiere que hagas, le quitas poder. Si te está amenazando con que lo va a ver toda tu familia, pues dícelo a tu familia, quítate el miedo y así termina la amenaza.

Y bueno, se dice fácil, ahora lo digo así porque es la única manera, pero cuando pasé por esto, nos confiesa, pensé que la única opción era suicidarme, pero eso lo piensas por faltas de alterativa, pensar que tu vida será así, la exposición.

Lo más importante, nos asegura, es que la persona que está siendo expuesta, se sienta protegida por su entorno, que esté segura que su intimidad y lo más preciado de sí misma nunca es su cuerpo. Me parece trágico, que porque te ven desnuda piensen que ya no tienes nada que ofrecer.

Un nuevo panorama, con Asociación a favor de las víctimas

Cuando comencé con esto jamás me imaginé una trayectoria tan rápida, pero una vez que ya aprobó la ley y que se está hablando al respecto, me contactó un abogado que se llama Sergio Legorreta, quien me contó de sus planes de armar una Asociación y de darle solución a este problema. Y pues claro, dije ‘órale’, se comenzó a armar un equipo muy padre de trabajo y de gente que sabe de qué estamos hablando; hemos presentado la iniciativa a varias plataformas de redes sociales y están muy interesadas en poder apoyar a sus usuarios. Así que estamos en proceso de creación, tal vez estemos listos hasta 2019, con protocolos de actuación para todos los involucrados; desde víctimas en escuelas, centros de trabajo hasta ministerios y jueces que son los puntos de contacto de víctimas”.

Ana concluye con la referencia de que este no es un problema único de chavitos, cualquier persona de cualquier edad se puede ver en esta circunstancia. Es un problemática de la forma en que nos relacionamos ahora y se tiene que encontrar una solución.