Vasta operación policial contra violencia en estado de sur de Brasil

Una fuerza de élite de la policía brasileña lanzó este sábado una vasta operación para contener la ola de violencia en el Estado de Santa Catarina (sur del país) que incluyó decenas de detenciones y el traslado de 40 presos sospechosos de coordinar ataques desde las prisiones. (AFP/Archivos | Christophe Simon)

Una fuerza de élite de la policía brasileña lanzó el sábado una vasta operación para contener la ola de violencia en el estado de Santa Catarina (sur) que incluyó 70 capturas y el traslado de 40 presos sospechosos de coordinar ataques desde las cárceles, según autoridades. Desde finales de enero, Santa Catarina s fre el azote diario de bandas criminales que disparan contra sedes oficiales o incendian vehículos particulares y de transporte público, amedrentando a la población de este estado de 6,2 millones de habitantes. El viernes tropas de la Fuerza Nacional de Seguridad, un cuerpo de élite de la policía militar, desembarcaron en la capital Florianópolis para apoyar las acciones contra las organizaciones delincuenciales, que según las autoridades planifican los ataques desde las prisiones. "Con el apoyo de la Fuerza Nacional, fue desplegada la Operación Santa Catarina Segura. En la madrugada 40 presos fueron transferidos a cárceles de otros estados, y más de 70 órdenes de captura deberán ser efectuadas en las próximas horas", dijo a la AFP el mayor Joao Carlos Neves, portavoz de la policía militar del estado. Los reclusos fueron esposados y sacados de las prisiones bajo estrictas medidas de vigilancia, y escoltados por caravanas policiales hasta el aeropuerto. Hasta la tarde del sábado la mayoría de capturas dispuestas por la justicia ya habían sido ejecutadas. Entre los detenidos hay por lo menos cuatro abogados que presuntamente colaboraban con las bandas, según el ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, quien viajó a Florianópolis para supervisar los operativos. Desde el 30 de enero se han registrado 106 ataques criminales que dejaron un herido y decenas de vehículos destruidos. La mayoría de acciones se produjeron en Florianópolis, indicó Neves. En noviembre una primera ola de acciones de las mismas características de vandalismo sacudió Santa Catarina. Según los organismos de seguridad, la arremetida es obra de grupos criminales que operan desde las cárceles y buscan llamar la atención sobre los maltratos y las condiciones de hacinamiento en las prisiones del estado. Una de las organizaciones sospechosas fue identificada como Primer Grupo de la Capital (PGC), similar al Primer Comando de la Capital (PCC) que opera en Sao Paulo y responsable de una serie de ataques contra la policía y el transporte público en esa ciudad entre octubre y diciembre. La fiscalía también investiga si la más reciente ofensiva obedece a una represalia por el traslado de presos o a una disputa de poder entre organizaciones ilegales, dijo Alexandre Grazzotin, fiscal de una unidad especializada en el combate al crimen, al diario O Globo. En rueda de prensa, el ministro Cardozo dijo que el plan para contener la violencia en Santa Catarina incluye un cerco policial terrestre, aéreo y marítimo para impedir la fuga de los sospechosos, y cortar su financiamiento. "Las organizaciones criminales deben ser combatidas en todos los frentes, pero uno de los más importante es asfixiarlos financieramente, ya que necesitan recibir productos ilícitos que comercializan, como armas", sostuvo. "Además, instalaremos controles fijos en varios lugares y habrá vehículos (oficiales) circulando para realizar interceptaciones. Habrá un control intenso", añadió el funcionario. Brasil se prepara para acoger los mayores eventos deportivos del planeta, la Copa del Mundo 2014 y los Juegos Olímpicos 2016 en Rio de Janeiro, por lo que está bajo la presión de ofrecer la imagen de un país seguro para los turistas. Una fuerza de élite de la policía brasileña lanzó este sábado una vasta operación para contener la ola de violencia en el Estado de Santa Catarina (sur del país) que incluyó decenas de detenciones y el traslado de 40 presos sospechosos de coordinar ataques desde las prisiones.