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Buenos amigos y bebida fresca: la vida social de un murciélago vampiro latinoamericano

Por Will Dunham

WASHINGTON, 23 sep (Reuters) - Cuando se piensa en los murciélagos vampiros, es posible que la amistad y la cooperación no estén entre las cualidades que vienen a la mente de estas criaturas nocturnas que se alimentan de sangre, pero tal vez deberían.

Científicos aportaron el jueves un conocimiento más profundo de las relaciones sociales entre los murciélagos vampiros, mostrando cómo los que han forjado lazos similares a los de la "amistad" con otros se reúnen con sus compañeros mientras buscan comida.

Los investigadores colocaron pequeños dispositivos a 50 murciélagos vampiros para seguir la búsqueda de comida durante la noche en Panamá, cuando estos mamíferos voladores beben sangre de las heridas que infligen al ganado en los pastos. En el estudio participaron murciélagos hembras, que se sabe que tienen relaciones sociales más fuertes que las de los machos.

Entre los murciélagos había 23 individuos nacidos en la naturaleza que habían sido mantenidos en cautividad durante unos dos años durante una investigación relacionada con el comportamiento social de los murciélagos. Ya se habían observado vínculos sociales entre algunos de ellos. Tras ser liberados en la naturaleza, se comprobó que los murciélagos se unían a menudo a un "amigo" durante la búsqueda de alimento, posiblemente coordinando la caza.

"Cada murciélago mantiene su propia red de estrechos lazos sociales de cooperación", afirma el ecólogo conductista Gerald Carter, de la Universidad Estatal de Ohio y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, que dirigió la investigación publicada en la revista PLoS Biology.

Los lazos sociales entre los murciélagos vampiros que se posan en los árboles incluyen el acicalamiento de unos a otros y la regurgitación de comidas para los compañeros hambrientos. El estudio demostró que los vínculos sociales que se forman en los dormideros se extienden a la caza.

Los investigadores sospechan que los murciélagos, aunque casi nunca salen a buscar comida con sus "amigos", se relacionan con ellos durante la caza -quizá incluso reconozcan las vocalizaciones de los demás- para beneficiarse mutuamente.

Su hipótesis es que los murciélagos podrían intercambiar información sobre la ubicación de la presa o el acceso a una herida abierta para alimentarse.

Los murciélagos vampiros, que habitan en las regiones más cálidas de América Latina y tienen una envergadura de unos 18 centímetros, son los únicos mamíferos que se alimentan exclusivamente de sangre. Viven en colonias que van de decenas a miles de individuos.

"La primera reacción de la gente ante los murciélagos vampiros suele ser: 'Uh, qué miedo'. Pero una vez que se les habla de su compleja vida social, se sorprenden bastante de que podamos encontrar en los murciélagos un comportamiento que se asemeja en cierto modo al de los humanos -y que tal vez cabría esperar en los primates-", dijo el coautor del estudio, Simon Ripperger, investigador posdoctoral del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

"Aparte de su vida social, los murciélagos vampiros son bastante especiales: especializarse en una dieta 100% de sangre ya es bastante raro entre los vertebrados", dijo Ripperger. "Son unos corredores increíbles, algo que no se espera en un murciélago. Tienen sensores de calor en el hocico que les ayudan a encontrar un lugar para hacer una mordida. Tienen una proteína en su saliva que impide la coagulación de la sangre, que de hecho se está usando en pruebas médicas para ayudar a prevenir coágulos en pacientes que han sufrido derrame cerebral".

Los murciélagos atacan a sus presas desde el suelo, utilizando sus afilados dientes para abrir una herida y lamiendo la sangre con la lengua.

Carter dijo que hay razones para temer a los murciélagos vampiros porque pueden transmitir la rabia al ganado y a las personas.

"Pero creo que son animales hermosos e interesantes por derecho propio", añadió Carter. "En este sentido, son un poco como los osos pardos, los tiburones, las ratas y las serpientes venenosas: animales que quizá no ayuden a la gente de ninguna manera y que incluso pueden ponerla en peligro, pero que deben ser apreciados por su propio bien".

(Reporte de Will Dunham; Editado en español por Javier López de Lérida)