Amantes y camaradas: El amor prohibido en Corea del Norte que renació en Vietnam

En la imagen, Pham Ngoc Canh, antiguo estudiante de Química de origen vietnamita que estudió en Corea del Norte, y su mujer, Ri Yong Hui, de origen norcoreano, sostienen una foto de ambos que fue tomada en la primavera de 1971 en su casa en Hanoi, Vietnam, el 12 de febrero de 2019. REUTERS/Kham

Por James Pearson y Kham Nguyen

HANOI (Reuters) - Una joven pareja con expresiones similares y ojos negros mira nerviosamente a la cámara. Él, un estudiante vietnamita, acaba de reunirse con el amor de su vida. A ella, norcoreana, le han prohibido amarle.

Tuvieron que pasar 31 años desde que Pham Ngoc Canh, de 69 años, sacó esa primera foto de Ri Yong Hui, para que finalmente se les permitiera casarse en 2002, cuando Corea del Norte dio un inusual permiso para que uno de sus ciudadanos se case con un extranjero.

"Desde el momento en que le vi, me sentí muy triste porque tenía la sensación de que sería un amor que nunca se podría realizar", dice Ri, de 70 años, en un pequeño apartamento de la era soviética que ella y Canh comparten en la capital vietnamita, Hanoi.

Ahora que disfrutan en Vietnam de libertades que serían imposibles en Corea del Norte, Canh y Ri esperan que la próxima cumbre entre el presidente estadounidense Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un en Hanoi contribuya a poner fin a las hostilidades con Pyongyang.

"Si eres norcoreano, quieres que la situación se resuelva. Pero la política es complicada", dijo Ri. "Cuando la gente oyó por primera vez que Kim Jong Un decidió reunirse con Trump, esperaban que la reunificación ocurriera pronto. Pero es difícil llevarlo a cabo en solo uno o dos días. Espero que las cosas salgan bien".

Vietnam, que es ahora una de las economías de más rápido crecimiento de Asia y está integrada en la comunidad internacional, ha sido propuesta como modelo para la aislada y empobrecida Corea del Norte.

En 1967, cuando Vietnam y Estados Unidos estaban atrapados en una cruenta guerra, Canh fue uno de los 200 estudiantes vietnamitas enviados a Corea del Norte para formarse en las competencias que el país necesitaba para reconstruirse cuando terminara la guerra.

Varios años después, durante unas prácticas de ingeniería química en una fábrica de fertilizantes en la costa este de Corea del Norte, Canh vio a Ri trabajando en un laboratorio.

"Pensé para mis adentros: 'Debo casarme con esa chica'", dijo Canh, quien eventualmente reunió el coraje para acercarse a Ri y pedirle su dirección.

Ri accedió: sus amigos le habían dicho que uno de los "Viet Cong" que trabajaba en la fábrica se parecía mucho a ella, y tenía curiosidad.

"Tan pronto como le vi, supe que era él", dijo Ri. "Era guapísimo".

"Hasta entonces, cuando había visto a chicos supuestamente guapos, no había sentido nada, pero cuando él abrió la puerta, mi corazón se derritió".

Pero había desafíos. Las relaciones con extranjeros estaban estrictamente prohibidas entonces en Vietnam y, hasta ahora, en Corea del Norte.

GUERRILLERO

Después del intercambio de varias cartas, Ri accedió a dejar que Canh fuera a visitarla a su casa.

Tenía que tener cuidado. Un compañero vietnamita había recibido una paliza cuando le encontraron con una chica local.

Vestido con ropa norcoreana, Canh se embarcó en un viaje de tres horas en autobús y dos kilómetros a pie hasta la casa de Ri, un viaje que repitió mensualmente hasta que regresó a Vietnam en 1973.

"Fui a su casa en secreto, como un guerrillero", dijo Canh.

A su regreso a Hanoi, Canh se sintió desilusionado. Hijo de un cuadro de alto rango, se negó a unirse al Partido Comunista, renunciando al brillante futuro que el Estado había planeado para él.

"No podía estar de acuerdo con un socialismo que impide que las personas se amen", dice Canh.

Cinco años más tarde, en 1978, el instituto vietnamita de ingeniería química al que Canh estaba vinculado organizó un viaje a Corea del Norte.

Pidió ir también y logró ver a Ri. Pero cada vez que se veían, dice Ri, ella se sentía más desconsolada al pensar que nunca podrían volver a encontrarse.

Él había llevado una carta escrita a los líderes norcoreanos, pidiéndoles permiso para casarse.

"Cuando ella vio la carta, preguntó: 'Camarada, ¿pretende convencer a mi gobierno?'", dice Canh, quien nunca envió la carta, por lo que optó por pedirle a Ri que le esperara.

LA BODA

Ese mismo año, Vietnam invadió Camboya, desencadenando una guerra fronteriza con China. Ante la alianza de Corea del Norte con Pekín y Nom Pen, la pareja dejó de escribir.

"Mi madre lloraba mientras me cuidaba", dijo Ri. "Creo que sabía que yo estaba enamorada".

En 1992, Canh logró viajar de nuevo a Corea del Norte como traductor en una delegación deportiva vietnamita, pero no pudo ver a Ri. Cuando regresó a Hanoi, Canh vio que Ri le había enviado una carta.

Todavía le amaba.

A finales de la década de los noventa, Corea del Norte se vio afectada por una hambruna devastadora y una desesperada delegación de Pyongyang visitó Hanoi para pedir arroz. Vietnam, que para entonces había emprendido importantes reformas económicas y políticas y había restablecido relaciones con Occidente, se negó.

Canh estaba tan preocupada por Ri y su gente que recaudó siete toneladas de arroz en donaciones de amigos para enviar a Corea del Norte.

Fue un acto de generosidad que finalmente allanó el camino para que él y Ri se reunieran: los norcoreanos se enteraron del acto de Canh y acordaron que podía casarse con Ri y vivir en cualquiera de los dos países, siempre que Ri mantuviera su ciudadanía norcoreana.

En 2002, finalmente pudieron casarse en la embajada de Vietnam en Pyongyang, e iniciaron su nueva vida juntos en Hanoi, donde todavía viven.

"Al final, el amor venció al socialismo", dijo Canh.

(Información de James Pearson, Kham Nguyen y Khanh Vu; traducido por Tomás Cobos en la redacción de Madrid)