Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Altas tasas de coronavirus en barrio hispano de Chicago

CHICAGO (AP) — Cuando el esposo de Eréndira Martínez empezó a sentirse mal a principios de abril, pensó que era un resfrío pasajero del que no había que preocuparse.

“Se sentía incómodo”, dijo Martínez. “Pensó que me iba a molestar, lo que en realidad sucedió, porque no me dijo los síntomas reales que sentía”.

A los pocos días, Martínez, de 35 años, también se sintió mal. Igual que tanta gente en su barrio, ella, su marido y su hija de 15 años habían contraído el COVID-19.

Martínez y su familia viven en el barrio Little Village de Chicago, el corazón de la cultura mexicana de la ciudad, donde más del 80% de los residentes son hispanos, según el American Community Survey. Es además uno de los códigos postales con los índices más altos de contagios de Chicago, del 39%, comparado con el 21% de la ciudad en general, con unos 40.000 casos de COVID-19 confirmados.

En todo el país los estados informan de patrones raciales similares, con altos índices de contagio entre los hispanos. Pero los hispanos tienen menos posibilidades de morir por el virus y tanto Martínez como su esposo y su hija se han recuperado.

Rogelio Sáenz, profesor de demografía en la Universidad de Texas de San Antonio, analizó la información de los estados y del Distrito de Columbia sobre contagios y muertes de hispanos. De los 30 estados que suministraron datos, más el Distrito de Columbia, solo el de Nueva York tiene un índice de muertes mayor entre los hispanos en relación con el resto de la población.

Sáenz dijo que una de las razones para ello puede ser que la edad promedio de los hispanos es más baja, de 29 años, comparada con la de los blancos no hispanos, que es de 44. La gente mayor tiende a correr más riesgos de contraer el COVID-19 que los jóvenes.

Pero Sáenz señala que hay muchas muertes en las que no se identifica la raza y que algunos hispanos pueden haber sido catalogados como blancos.

“Si no tienes esa información, es muy difícil llamar la atención a las desigualdades que siguen ocurriendo”, manifestó.

En cuanto a la alta tasa de infecciones, Sáenz destaca que muchos hispanos trabajan en ramos considerados esenciales y corren más riesgos de contagiarse. Menciona campos como las plantas procesadoras de carne, fábricas y depósitos.

Y muchos viven en casas donde residen varias generaciones de una familia, en las que resulta difícil mantener distancias.

Elizabeth Guzmán, de 33 años, dijo que una veintena de parientes contrajeron el virus, incluida ella. Todos se recuperaron. Algunos miembros de su familia viajan juntos al trabajo, en el mismo depósito. Ella y su familia se mudaron hace poco a una casa más grande.

“En la casa vieja estábamos todos amontonado”, relató Guzmán. “En total éramos 11 y había solo dos habitaciones”.

Si bien se siente agradecida por su salud y su nueva vivienda, le preocupan algunos familiares, sobre todo los que están en Estados Unidos sin permiso de residencia y no pueden darse el lujo de no ir a trabajar, incluso si se enferman.

“Son los que más sufren”, manifestó Guzmán.