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Alinea su canto a la Madre Rusia

El cantante Yaroslav Y. Dronov, conocido por su nombre artístico, Shaman, en una presentación en Rosa Khutor, Rusia, el 4 de febrero de 2023. (Nanna Heitmann/The New York Times).
El cantante Yaroslav Y. Dronov, conocido por su nombre artístico, Shaman, en una presentación en Rosa Khutor, Rusia, el 4 de febrero de 2023. (Nanna Heitmann/The New York Times).

MOSCÚ — Tiene la estampa de la típica estrella del pop que viste de cuero y rompe corazones. Tiene una base de fans de mujeres jóvenes y de mediana edad que le regalan flores y animales de peluche cuando se presenta. Pero Yaroslav Dronov, más conocido por su nombre artístico, Shaman, también es adorado por un exclusivo y poderoso grupo de fans ruso: el Kremlin.

La fama del joven cantante ha ido en ascenso mientras la guerra en Ucrania entra en su segundo año y Dronov adapta su música a la línea del partido de Moscú. Cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, realizó un mitin patriótico el mes pasado que coincidió con el aniversario de la invasión a gran escala por parte de Rusia, Dronov cantó “Vstanem” (“levantémonos”), una balada de agradecimiento a los veteranos, justo antes de que el presidente ruso subiera al escenario.

Además, cuando Putin celebró la anexión de cuatro regiones ucranianas a finales de septiembre, Dronov, de 31 años, compartió el escenario con él y cantó el himno nacional de Rusia mientras sus características rastas rubias caían sobre sus ojos.

Cada vez más, a medida que el Kremlin busca moldear las instituciones del país para que se ajusten a la cosmovisión militarista de Putin, las figuras culturales en Rusia están eligiendo bandos. Muchas han optado por abandonar el país por presiones políticas o manifestar su disconformidad. Otras se han pronunciado en contra de la guerra y en consecuencia les han cancelado sus conciertos o exposiciones. Entre ellas hay músicos, directores de teatro, actores y artistas.

Pero muchas se han quedado y están alineando su arte con el mensaje de Putin, ya sea por pragmatismo, búsqueda de riqueza o verdadera convicción. En la búsqueda del Kremlin por convencer a los rusos de apoyar la guerra, artistas como Dronov se han convertido en mensajeros voluntarios, y en ocasiones, bien remunerados.

“Shaman es un fenómeno muy interesante desde un punto de vista cultural y sociológico, pero no creo que sea un fenómeno aislado. Es una continuación de una evolución constante de la subcultura rusa, una que es nacionalista y parafascista”, afirmó Ilya Kukulin, historiador cultural de larga data en la Escuela Superior de Economía de Moscú y ahora en el Amherst College, en Massachusetts.

Parte del público ondea banderas rusas en el concierto del cantante Yaroslav Y. Dronov, conocido por su nombre artístico, Shaman, en Rosa Khutor, Rusia, el 4 de febrero de 2023. (Nanna Heitmann/The New York Times).
Parte del público ondea banderas rusas en el concierto del cantante Yaroslav Y. Dronov, conocido por su nombre artístico, Shaman, en Rosa Khutor, Rusia, el 4 de febrero de 2023. (Nanna Heitmann/The New York Times).

La música pop patriótica respaldada por el Kremlin no es algo nuevo en la Rusia moderna, en la que Putin ha gobernado durante casi 23 años y donde los artistas favorecidos por el gobierno siempre fueron al menos moderadamente nacionalistas o militaristas.

Pero Shaman es diferente. Pertenece a la cultura más libre de la música pop independiente, la cual prosperó a pesar de la creciente censura hasta febrero de 2022, cuando comenzó la invasión de Ucrania. Hoy existe en una capacidad reducida, y aunque no ha impulsado una ola de seguidores jóvenes abiertamente patrióticos, Shaman está acercando la música independiente rusa al Kremlin.

Su éxito llevó a algunos de sus rivales de la vieja guardia, ya cercanos al Kremlin, a modificar su trabajo para mantenerse en gracia. Oleg Gazmanov, de 71 años, volvió a grabar uno de sus éxitos, “Soldados rusos”, sobre la gloria de los combatientes rusos, con un video moderno que muestra la misma estética glam rock de la década de 1980 que Shaman usa en su propio video. Otra vieja estrella, Dima Bilan, lanzó su propia canción nacionalista, “Gladiador”, con una introducción que presenta temas de extrema derecha.

La canción de Dronov, “Vstanem”, se lanzó el 23 de febrero de 2022, en vísperas de la invasión. La escribió para el Día del Defensor de la Patria, una versión rusa del Día de los Veteranos, y en una entrevista realizada el año pasado con Russia-1, el principal canal de noticias controlado por el Estado, declaró que creía que la canción se la habían “recitado desde arriba”.

Los eventos de los meses siguientes garantizaron que se convirtiera en un éxito tanto para los patriotas de línea dura como para los rusos comunes. En junio, se convirtió en la primera canción reproducida en su totalidad en “Noticias de la semana”, un programa conducido por el principal propagandista de Rusia, Dmitry Kiselyov.

La canción, que conmemora a los soldados caídos, se ha convertido en la banda sonora de la guerra actual, y su amplio alcance en las redes sociales es prueba de su importancia para la estrategia de comunicación del Kremlin en tiempos de guerra.

Lo que el Kremlin quiere que sienta el pueblo ruso, dijo Kukulin, el historiador, son “emociones de superación, de resistencia ante cualquier obstáculo y de confianza en sí mismo de que todas las dificultades serán vencidas”.

Para sus fanáticos, funciona.

“Cuando descubrí a Yaroslav, me llené de sentimientos de pureza, luz y alegría interna, del mismo modo que me siento en una iglesia”, afirmó Alina, de 38 años, quien recientemente fue a un concierto en la ciudad turística rusa de Rosa Khutor, cerca de Sochi, en el mar Negro. “Me parece que tiene la gran misión de encender la llama interna de las personas”. Alina se negó a dar su apellido por razones de privacidad.

Al éxito de “Vstanem” y su emisión en la televisión nacional en junio del año pasado le siguió, pocas semanas después, otro himno patriótico de Dronov, “Ya Russki” (“Soy ruso”), el cual vino acompañado de un video musical cursi que desde entonces ha registrado 28 millones de visitas en YouTube. “Ya Russki” no menciona la guerra, pero su objetivo es claramente unir a los rusos contra el “Occidente colectivo”, como lo llama Putin, con frases como: “Soy ruso, aunque le duela al mundo entero”.

El portavoz de Dronov rechazó las solicitudes para entrevistarlo. En comentarios realizados a Russia-1, afirmó: “En todo momento, cada uno de nosotros tiene que tomar una decisión. La gente hizo su elección, este es su camino. Yo hice mi elección, y este es mi camino”.

La música de Dronov resuena en el público no solo por su mensaje, sino también porque tiene mucho talento, afirmó Anna Vilenskaya, una musicóloga rusa en el exilio.

En sus espectáculos, Dronov interactúa con sus fanáticos acercando el micrófono al público para que canten con él, y acepta regalos entre canciones mientras sus admiradores suben al escenario.

“No conozco ninguna otra canción que tenga tal efecto”, afirmó Vilenskaya, y calificó tanto a “Vstanem” como a “Ya Russki” de “absolutamente geniales”. Contó que en una oportunidad reprodujo la canción en una clase llena de estudiantes que se oponían a la guerra, y estos sintieron una fuerte reacción a la música a pesar de odiar la letra.

“Para muchas personas es algo profano, porque a sus cuerpos les gusta esta canción pero sus mentes la odian porque saben que trata sobre la guerra y está basada en una mentira”, sostuvo Vilenskaya.

En poco tiempo, “Ya Russki” estaba en todas partes. En la celebración del Día de la Unidad Nacional, más de 10.000 personas de las 11 zonas horarias de Rusia se organizaron para interpretar la canción, y algunas fueron incluidas en un clip oficial promocionado en la televisión estatal. Los maestros han animado a sus alumnos a estudiar las canciones como un ejemplo de patriotismo.

En octubre, Dronov recibió un premio en la ceremonia de los Russian Creative Awards, de manos del subdirector de personal de Putin, Sergei Kiriyenko.

El dinero que esto genera es sustancial, pero tener al Kremlin como patrocinador puede ser una tarea complicada.

Dronov ya se ganó un enemigo en Vladimir Kiselyov, el director de Russian Media Group, medio que fue reformado en 2014 para incubar el arte patriótico. En noviembre, Kiselyov cuestionó el patriotismo de Dronov porque no se había presentado en la Ucrania ocupada. Sus canciones dejaron de sonar en las estaciones de radio de la compañía.

En enero, Dronov viajó a las ciudades ucranianas ocupadas de Mariúpol y Lugansk, para cantarles a los soldados.

A pesar de la influencia general de Shaman, su control sobre la juventud de Rusia, el grupo demográfico más propenso a oponerse a la guerra, no es dominante, afirman los analistas. Además, un año después del inicio del conflicto, Shaman sigue siendo el único artista joven que escribe la banda sonora de la Rusia en tiempos de guerra, y la perspectiva de una ola de nacionalismo musical impulsada por las generaciones jóvenes es incierta.

Eso es algo que el Kremlin parece ya haber reconocido. El Ministerio de Cultura anunció hace poco planes para lo que denominó “brigadas de agitación”, cuyo objetivo es promover artistas a favor de la guerra, posiblemente con la esperanza de repetir la historia exitosa de Shaman.

c.2023 The New York Times Company