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Alberto Fernández regresa a Buenos Aires tras analizar los anuncios entre las montañas riojanas

Fernández intentó blindarse en La Rioja con los gobernadores.
Diego Lima

En medio de las montañas riojanas el presidente Alberto Fernández avanzó en las definiciones de nuevas medidas económicas “con impacto social” , según insisten desde sus alrededores, que serían presentadas este martes. Después de la reunión de ayer con los gobernadores, durmió en la Residencia Oficial 3, en la quebrada de Sanagasta, a unos 15 kilómetros de la capital riojana. Este domingo recorrió una parte del Cordón del Velasco junto a la primera dama, Fabiola Yañez. Aunque pensaba regresar mañana a Buenos Aires, lo terminó haciendo esta noche, en el vuelo de las 21:04.

Aunque se espera que sean comunicados este martes, un día después de la presentación del nuevo gabinete, aún no hay fecha confirmado para los anuncios que incluirían una suba del piso de Ganancias y un nuevo bono para los sectores más vulnerables . Aunque el margen de maniobra es escaso, el objetivo es avanzar en un “shock de consumo”.

Fuentes provinciales insistieron ante LA NACION que desde Presidencia les pidieron “cero fotos” de las actividades de Fernández. Ya ayer, en el encuentro con mandatarios, todo el esquema de comunicación fue gestionado por el equipo de la Casa Rosada. Distribuyeron los audios y las imágenes.

Según gente de la zona, Fernández almorzó en Casa India, en el pueblo de Agua Blanca del departamento Castro Barros. Se trata de una bodega de vinos artesanales sobre la ruta nacional 75. En esta oportunidad nadie quiso hablar ni compartir fotos, ni hacer ningún comentario sobre las actividades.

Fernández se refugió en La Rioja, donde su presencia no alteró en absoluto la vida de la ciudad capital ni la zona que recorrió. Solo el sábado se notó más movimiento en el aeropuerto. El resto su visita pasó inadvertida.

Ayer, para los gobernadores el abrazo del Presidente a Juan Manzur, designado nuevo jefe de Gabinete, fue una “señal” hacia afuera y también para ellos. A esa hora del mediodía ya en las redes se expandía el malestar entre grupos feministas con figuras de renombre por su designación y ese impacto generó “inquietud” entre sus pares provinciales.

A eso se le sumó, a las pocas horas, los problemas que afronta Manzur en Tucumán con el vicegobernador Osvaldo Jaldo, con quien está enfrentado hace seis meses, y que debería reemplazarlo en la provincia. A los mandatarios -que públicamente avalaron su incorporación al gabinete- les preocupa el desgaste con el que va llegar el tucumano, que recrudeció en dos días.

La decisión consensuada fue dar un mensaje de apoyo a Manzur y aparecer un buen número de gobernadores peronistas junto a Fernández para dotar de “músculo político” y generar una suerte de “blindaje”. También enfatizaron que había “unidad” en las decisiones entre el Presidente y su vicepresidenta, Cristina Kirchner.

La idea es que el nuevo gabinete debe gestionar hasta noviembre y que los nombres que se incorporan no suman votos pero sí tienen “experiencia” en la gestión. Ninguno de los gobernadores convocados ayer desconoce que remontar la pérdida de votos es muy complejo y, pese a los gestos de apoyo a Manzur y Fernández, ya hablan abiertamente de “provincializar” la campaña.