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Aislados y máxima seguridad, así estarán 40.000 pandilleros en El Salvador

San Salvador, 3 feb (EFE).- De concreto y hierro. Con esos materiales principalmente está construida la cárcel más grande de El Salvador y de América que tiene una capacidad para hasta 40.000 pandilleros de la Mara Salvatrucha (MS13), Barrio 18 y otros grupos minoritarios, quienes permanecerán totalmente aislados y con máxima seguridad.

La prisión, llamada Centro de Confinamiento del Terrorismo y construida en una zona rural aislada, se localiza en el central municipio de Tecoluca, a más de 75 kilómetros de la capital de San Salvador.

Soldados, policías y custodios (guardias) penitenciarios se encuentran apostados en todo el perímetro del recinto y en la calle de acceso al lugar, según pudo constatar EFE en un recorrido realizado.

LA MÁS GRANDE DE AMÉRICA

Son 236 manzanas (165,2 hectáreas) de terreno para "poder garantizar el centro penitenciario más grande de América", y se construyó en 33 manzanas (23,1 hectáreas), explicó a periodistas el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez.

Se buscó, según Rodríguez, "garantizar un espacio lejos de las zonas urbanas. Normalmente las cárceles en El Salvador han estado a la par de escuelas, incluso de hospitales, y centros habitacionales".

"En el Centro de Confinamiento del Terrorismos van a estar alojadas personas que le han hecho daño y han causado luto a las familias salvadoreñas", dijo el funcionario.

El recinto tiene la capacidad para hasta 40.000 pandilleros -todos hombres- que serán ubicados en 8 módulos, cada uno con un área cerca 6.000 metros cuadrados aproximadamente.

Se construyeron, además, 5 kilómetros de carretera para el acceso, 8 subestaciones de energía eléctrica, una planta de tratamiento de aguas residuales y 2 pozos de agua potable.

MÁXIMA SEGURIDAD

El acceso a la prisión está totalmente controlado. Para ingresar los reos, así como el personal administrativo y los custodios, tendrán que pasar por un escáner corporal para evitar el traslado de ilícitos como drogas y objetos punzocortantes.

"Gracias a esta tecnología, nosotros podemos decir que el Centro del Confinamiento del Terrorismo va a contar con todos los equipos necesarios para poder garantizar que desde el interior de esta prisión los internos no estén garantizando hechos delictivos", comentó el director de la prisión, cuyo nombre no fue proporcionado por seguridad.

La cárcel cuenta con un perímetro de 4 muros, 2 de ellos de concreto armado -que contiene acero para una mayor resistencia-. El muro inicial tiene 11 metros de altura y está "totalmente electrificado", señaló el ministro de Obras Públicas, quien añadió que los otros muros tienen 4 metros de altura.

En el interior de la cárcel hay 19 torres de vigilancia y cámaras térmicas que identifican el movimiento de las personas.

"Normalmente en las cárceles se ingresaban teléfonos, televisores e incluso prostitutas (...) se ha tratado de garantizar que ya no se den órdenes desde las cárceles para asesinar salvadoreños (...) a través de este centro penitenciario que hemos construido estamos garantizando que esto no suceda", apuntó Rodríguez.

AISLADOS E INCOMUNICADOS

Los pandilleros recluidos se mantendrán totalmente aislados e incomunicados con el mundo exterior. En los módulos, cada celda construida con acero inoxidable cuenta con camarotes metálicos, dos pilas - grandes recipientes de cemento para almacenar agua- y dos inodoros.

Los reos tendrán que ducharse y hacer sus necesidades fisiológicas dentro de la celda, y solo podrán salir a la sala de audiencia, al área de asistencia médica o a una de las celdas de castigo, donde solo hay cama de cemento, un inodoro y una pila.

Los 8 módulos construidos tienen capacidad, cada uno, para alojar a 5.000 pandilleros y cada celda tiene una capacidad para 100 pandilleros, según dijo a EFE el ministro de Obras Públicas.

Subrayó que "no se han construido patios, ni área de recreación para los reos, ni espacios conyugales".

La construcción del recinto penitenciario, que ha acarreado críticas de la oposición y de entes nacionales e internacionales de DDHH, se da en el contexto de un régimen de excepción vigente desde finales de marzo de 2022 y que ha sido ampliado en 10 ocasiones en términos de 30 días.

Hasta el momento, las autoridades reportan la captura de más de 62.900 supuestos pandilleros.

El Gobierno salvadoreño atribuye al régimen de excepción -implementado en una llamada "guerra" contra las pandillas- y a su plan de Control Territorial la caída de los homicidios en un 57 % en 2022.

Las pandillas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a diferentes planes de seguridad de los últimos cuatro Gobiernos.

Sara Acosta

(c) Agencia EFE