AI denuncia encubrimiento policial en caso de joven que quedó ciego en Chile

Santiago de Chile, 24 jun (EFE).- La ONG Amnistía Internacional (AI) denunció este miércoles que el cuerpo policial de Carabineros de Chile está "encubriendo" a un alto mando que estuvo presente en el operativo que dejó ciego al joven Gustavo Gatica durante la ola de protestas que comenzaron en el país en octubre de 2019.

La organización con sede en Londres tuvo acceso a una serie de videos que muestran "que el teniente coronel identificado con el código 'G-3' habría utilizado su escopeta de manera abusiva contra manifestantes en múltiples escenarios y días", entre ellos aquel 8 de noviembre cuando Gatica recibió dos perdigones en el rostro.

"En la investigación administrativa que hizo Carabineros (sobre el caso del joven) ni siquiera se interroga a 'G-3', que estuvo claramente presente y que ese día disparó además 170 cartuchos que contienen 12 balines cada uno", explicó a Efe la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara Rosas.

En ese sumario, añadió Guevara Rosas, se insinuó además que podían haber sido los propios manifestantes los que hirieron a Gatica, lo que "no sólo es malicioso, sino que demuestra la poca voluntad de llevar a cabo una investigación interna seria".

El joven, de 21 años y estudiante de psicología, fue gravemente herido en los alrededores de Plaza Italia, la rotonda de Santiago convertida en el epicentro de las protestas, y tras pasar 17 días ingresado se convirtió en el primer manifestante en quedarse ciego.

Su caso dio la vuelta al mundo y provocó encendidas críticas de diversos organismos internacionales, entre ellos la ONU y la propia Amnistía Internacional, que denunciaron el elevado número de mutilados oculares durante la dispersión de las protestas y acusaron a las fuerzas de seguridad de graves violaciones a los derechos humanos.

Según el independiente Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), 460 personas resultaron con lesiones oculares, de las que dos se quedaron ciegas y 35 sufrieron pérdida total de un ojo.

"Para nosotros queda claro que no se trata de casos aislados, como en algún momento las propias autoridades dijeron, sino ataques generalizados y se tiene que investigar no solo a los carabineros que estaban en los momentos en los que se cometieron estas violaciones sino también a las líneas de mando", aseguró la activista.

SOLICITA INVESTIGAR A LOS ALTOS MANDOS

El llamado "G-3", apuntó, "no es un funcionario de baja jerarquía" sino que ocupa el cargo de subprefecto de los Servicios 2 e integra la "Plana Mayor Especial", un equipo de la institución que brinda asesoría durante conflictos.

"¿Cómo es posible que a través de los días y de varias evidencias videográficas se permitió que esta persona continuara en las calles?", se preguntó.

La ONG pidió así a la Fiscalía chilena investigar a "G-3" y a todos los mandos que pudieron haber impedido que dicho oficial operara sin apego a la ley, así como a aquellos oficiales que pudieran haber incurrido en actos de obstrucción y encubrimiento.

"Hay un patrón de impunidad en Chile y tenemos preocupación de que esto vuelva a ocurrir en el contexto de las manifestaciones del año pasado. La pandemia no puede ser una excusa y lamentablemente está sirviendo para posponer las investigaciones", agregó Guevara Rosas.

Pese a que en un principio el Gobierno chileno habló de "accidentes aislados", en noviembre y ante la innegable avalancha de casos, lanzó un plan de ayuda de reparación ocular que las víctimas califican de "insuficiente".

El pasado 18 de octubre estalló en Chile la ola de protestas más graves desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que se mantienen suspendidas por la pandemia y que dejaron una treintena de heridos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema con saqueos, incendios y destrucción de mobiliario público. EFE

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