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Así puedes ahorrar electricidad en el hogar

Desenchufar bien los aparatos, ponerle la tapa a la olla… muchos de los consejos para ahorrar energía suenan algo simples. Y lo son. Pero ayudan a ahorrar dinero.

La buena noticia es que hay muchos tips que se pueden implementar en el día a día y que no son muy difíciles de cumplir. Si bien son pasos pequeños y concretos, pueden hacer la diferencia a lo largo de todo un año. Otro buen motivo para intentar cumplir con ellos es que permiten ahorrar energía sin tener que invertir en costosos aparatos que ahorren electricidad.

Desconectar los aparatos eléctricos

¿Está la ventana siempre en stand-by? ¿Está el cargador siempre enchufado, aunque el teléfono no esté conectado? Muchas personas hacen todas estas cosas. Pero la verdad es que tampoco es tanto esfuerzo apagar los aparatos o desenchufar un cable, y aunque no parezca, esto permite gastar menos.

En concreto, esto significa que ningún aparato debería quedar con una lucecita roja prendida. Estas luces suelen indicar que el electrodoméstico está en modo stand-by o descanso.

Lo ideal es que otros electrodomésticos sin lucecita roja tampoco queden enchufados si no se los usa. Lo más práctico es usar una regleta o zapatilla a la que se pueden enchufar varios aparatos, ya que permite desconectarlos rápidamente todos juntos por la noche.

Por lo general, los aparatos más antiguos tienen un mayor consumo en modo stand-by. En los países de la Unión Europea (UE), por ejemplo, los electrodomésticos nuevos solo pueden tener un consumo máximo de 0,5 vatios.

Esta recomendación no se aplica a los dispositivos que están conectados a una red, como los televisores inteligentes y las videoconsolas.

Los programas de ahorro de la lavadora

Solo basta con apretar otro botón en la lavadora para ahorrar algo de dinero. El empleo del modo ecológico a la hora de lavar ropa, en vez de los programas normales o rápidos, ya implica un ahorro. Hay, sí, una pequeña desventaja: estos modos necesitan más tiempo, por lo que la máquina tarda más.

Por lo general, también se puede renunciar al prelavado, lo que permite ahorrar un poco más de dinero.

Otra forma de reducir costes es lavar la ropa a 30 en vez de a 60 grados. Por lo general, esto no afecta en nada a las prendas. Los productos para lavar la ropa son hoy en día tan buenos que limpian bien la suciedad habitual incluso a temperaturas más bajas.

Solo conviene usar la máquina a 60 o 90 grados si se desea eliminar las bacterias de la ropa en caso de enfermedades infecciosas y también al menos una vez al mes para higienizar bien el tambor.

El programa ecológico del lavavajillas

Muchos lavavajillas también cuentan con programas ecológicos. Usar este programa al menos una vez al día permite ahorrar algo de dinero al año.

Tapar la olla

Si se usan ollas cuyo tamaño coincide con el de la hornalla y se las tapa, es posible evitar que se pierda calor. Esta forma más eficiente de cocinar también permite gastar un poco menos en electricidad. Incluso se aconseja usar ollas que sean algo más grandes que la hornalla eléctrica para mayor ahorro.

Apagar el horno un poco antes

Los platos también se cocinan bien si se apaga el horno u hornalla algo antes y se usa el calor residual para completar la cocción. Este truco sencillo permite ahorrar dinero especialmente con las hornallas eléctricas más antiguas y lentas.

Con el horno se puede ir incluso más lejos: la mayoría de los platos no necesitan un horno precalentado. Los gratinados, pizzas y tortas se pueden meter directamente al horno, y como mucho llevarán un poquito más de tiempo de cocción.

Modificar la temperatura del agua caliente

Otra forma de gastar algo menos es regular la temperatura del agua caliente de la caldera. En principio, suena a una medida demasiado drástica -¿quién quiere ducharse con agua fría?-, pero no lo es. El agua de ducha o baño suele rondar una temperatura de 40 grados para ser agradable.

Es por eso que se recomienda que el agua caliente de la cocina y el baño tenga unos 60 grados. Esto permite ahorrar hasta un 10 por ciento en electricidad. Por otra parte, no conviene programar la caldera a menos de 60 grados ya que es a esa temperatura cuando mueren bacterias peligrosas para la salud como las legionelas.

En algunos hogares se puede hacer incluso más. Si se cuenta con un sistema de calefacción con una bomba de circulación que mueve el agua caliente entre la caldera y los grifos, es posible apagarla. Esto puede suponer un ahorro adicional.

La desventaja de esto es acotada. Si bien el agua no sale caliente de inmediato de la ducha o el grifo, solo hay que esperar un poco más. También se puede regular el uso de la bomba por horarios y ponerla a funcionar solo a la hora en que habitualmente se toma una ducha o un baño.