Adolescentes investigan a la nueva directora de su escuela en Kansas y la dejan en evidencia

Cuando Amy Robertson fue designada como directora de la escuela secundaria Pittsburgh en Kansas, una estudiante de 17 años asumió la tarea de entrevistarla para el periódico escolar, The Booster Redux.

La idea era presentarla ante la comunidad, recordó Maddie Baden, de 17 años. Pero cuando comenzó a preguntar sobre ella, se extrañó al comprobar que nadie sabía quién era.



Artículo publicado por los estudiantes cuestionando las credenciales de Robertson.

Baden y otros estudiantes aficionados al periodismo comenzaron a indagar un poco más. La mujer había vivido 20 años en el emirato árabe de Dubái, y una simple búsqueda en Google reveló que su nombre aparecía en varios artículos publicados por la publicación Gulf News sobre una escuela de inglés vinculada a ella.

Los artículos fechados en 2012 revelaron que la autoridad educativa de Dubái había suspendido la licencia de la Escuela Científica y acusado a Robertson de no haber sido autorizada a servir como directora de ese centro privado. Además, el centro estudiantil había recibido una calificación de “insatisfactorio” en las inspecciones de 2008 a 2012 y cerró en septiembre de 2013.

Foto de los seis estudiantes investigadores.

Esto alarmó a los jóvenes. “Si los estudiantes pudieron descubrir todo esto, quiero saber por qué los adultos no pudieron encontrarlo”, se preguntó Baden.

Los estudiantes publicaron una historia en su diario cuestionando la legitimidad de la universidad privada – Corllins University – donde Robertson obtuvo su maestría y doctorado.

Funcionarios del Departamento de Educación, contactados luego por el diario local The Star, confirmaron los informes y no pudieron encontrar evidencia de la operación de Corllins.

Los estudiantes supieron además que Corllins tenía una pésima reputación: la de ser un sitio donde la gente puede comprar un título, diploma o certificados. Y las búsquedas en el sitio web de la escuela no llevaban a ninguna parte.

“Todo esto fue completamente olvidado”, dijo Connor Balthazor, de 17 años, otro de los jóvenes investigadores. “Todas las reseñas brillantes no tenían estas piezas cruciales de información… usted esperaría que la autoridad encuentre eso”.

Robertson obtuvo su licenciatura de la Universidad de Tulsa -o al menos eso dice, porque tampoco pudo presentar una prueba de ello.

En una conferencia telefónica con los 6 periodistas estudiantiles, Robertson “presentó respuestas incompletas, fechas contradictorias e inconsistencias”, informaron los estudiantes. Dijo que asistió a Corllins antes de que este centro perdiera la acreditación, informó Booster Redux.

Antes de ser contratada para dirigir la escuela, la mujer trabajó como jefa ejecutiva de una empresa de consultoría de educación conocida como Atticus I S Consultores.

Al ser cuestionada por The Star, Robertson dijo que los tres títulos “han sido autenticados por el gobierno de Estados Unidos”. Se negó a comentar directamente sobre las preguntas de los estudiantes sobre sus credenciales, “porque sus preocupaciones no se basan en hechos”.

Pero unos días después, en una reunión de la junta escolar, Robertson renunció a la posición de 93.000 dólares anuales a la que había sido designada el 6 de marzo. La noticia ha acaparado la atención nacional y ha ganado muchos elogios para el equipo de seis periodistas aficionados.

“Todos seguían diciéndoles, ‘deje de meter la nariz “, dijo la consejera del periódico, Emily Smith, al diario The Washington Post. Pero con el estímulo del superintendente, los estudiantes persistieron.