Un acusado de matar a Hariri, el fallo que abre viejas heridas en El Líbano

Leidschendam (Países Bajos), 18 ago (EFE).- Quince años después del ataque que se cobró la vida del ex primer ministro libanés Rafic Hariri, el Tribunal Especial para el Líbano (TEL) responsabilizó este martes del asesinato a un miembro del grupo islamista chií Hizbulá, un fallo esperado que abre hoy viejas heridas en El Líbano.

La Justicia no ha logrado pruebas suficientes que "vinculen directamente" al Gobierno de Siria o a la cúpula de Hizbulá con la preparación del atentado terrorista contra Hariri, pero sí considera probado "más allá de cualquier duda razonable" que Salim Jamil Ayyash, miembro del grupo islamista, es "coautor del homicidio intencionado de Rafic Hariri".

El juez presidente David Re reconoció que Ayyash "no actuó solo", pero "tuvo un papel importante en la preparación del ataque", por lo que es "culpable de todos los cargos", entre ellos la "comisión de un ataque terrorista con material explosivo", el "homicidio intencionado" de 22 personas y del "intento de homicidio" contra los 231 heridos.

La Corte, que se basa en las leyes libanesas, absolvió a los otros tres acusados -Hussein Hassan Oneissi, Assad Hassan Sabra y Hassan Habib Merhi- de su responsabilidad en "la conspiración" y preparación del ataque terrorista del 14 de febrero de 2005 porque no se puede probar que conocieran la intención última de matar al ex primer ministro libanés.

Para los jueces, los atacantes "tenían razones políticas" y "la intención de provocar un estado de terror, algo que se demuestra en la forma, el lugar y el objetivo del ataque", aunque en los once años desde que abrió sus puertas el tribunal no lograron reunir más pruebas incriminatorias y basan el veredicto en evidencias circunstanciales.

Las principales pruebas son los datos telefónicos y las múltiples redes de móvil que utilizaron los acusados durante los días previos al ataque, cuando siguieron a Hariri a todas partes -vigilándole en la mezquita, en el Parlamento o en los almuerzos con sus conocidos- y el mismo día del atentado, para comunicarse entre ellos y con terceros.

La identidad del atacante suicida tampoco pudo determinarse, pero a partir de los restos de sangre localizadas en 92 fragmentos y muestras de tejido de un diente, los investigadores solo pudieron concluir que no se trata de Ahmad Abu Adass.

Este es el nombre por el que se presentó en un vídeo un joven de 22 años que dijo haber llevado a cabo el ataque en nombre de una organización denominada "Victoria y Yihad en la Gran Siria", totalmente desconocida.

Los jueces concluyeron hoy que el propio atacante suicida fue quien detonó el dispositivo, lo que le hace parte de la conspiración y preparación de un ataque terrorista, pero consideraron que los otros sospechosos, que compraron el camión en la ciudad libanesa de Trípoli, podrían "no ser conscientes" de que el vehículo iba a ser usado en un atentado.

VERDAD Y JUSTICIA

El ex primer ministro libanés Saad Hariri -hijo de Rafic Hariri- aceptó el fallo en nombre de toda su familia y de los familiarios de las víctimas, y advirtió a Hizbulá de que "no descansará hasta hacer cumplir la sentencia, por lo que "tendrá que hacer sacrificios ahora" para que el culpable cumpla el castigo que dictará más adelante el TEL.

En declaraciones a la prensa delante del tribunal en Leidschendam Hariri elogió la legitimidad de este tribunal, no reconocido por Hizbulá, y explicó que los libaneses "exigieron la verdad y la justicia, y ahora que sabemos la verdad, es hora de exigir que se haga justicia y se dicte una sanción justa".

"Por primera vez en una larga historia de asesinatos políticos en el Líbano, los libaneses han podido conocer la verdad. Hoy es un día histórico", celebró Hariri, quien viajó a Países Bajos para escuchar el pronunciamiento de la primera sentencia internacional por terrorismo dictada por una Corte que tiene mucha "credibilidad" para este político.

DECEPCIÓN

Algunos libaneses que residen en Europa se acercaron a Leidschendam para exigir justicia por el asesinato de Rafic Hariri y son muchos los que dicen sentirse "decepcionados" con el resultado de este juicio.

"Nos ha costado 15 años de espera y más de 700 millones de dólares para que la Corte nos dé este resultado tan blando: un solo acusado y el resto inocentes. No esperábamos que esta fuese la sentencia, ni este el tribunal, supuestamente de jueces experimentados. No estamos nada contentos con esta decisión y ya veremos que hará el Líbano para localizar al acusado Salim Ayyash", dijo a Efe Ahmed Al Sayed, un activista político libanés.

Al Sayed instó a Saad Hariri a "dejarse de palabrerías" y a "hacer algo" para llevar al único acusado ante la Justicia, un mensaje que le trasladó directamente al ex primer ministro, a grito de "¿Qué harás para traerlo ante la Justicia?".

Hariri le prometió "no descansar hasta sacarlo (a Ayyash) de dónde esté" para que cumpla el castigo que se dicte en su contra en una próxima sesión judicial, aún sin fecha.

LA REVOLUCIÓN DEL CEDRO

Hariri era uno de los líderes suníes más influyentes del Líbano y se oponía a la influencia siria en el país, lo que hizo que muchos señalaran a Damasco como responsable del asesinato.

Esto desembocó en la Revolución del Cedro, manifestaciones masivas en las calles libanesas, que, junto a las fuertes presiones internacionales, obligaron a las tropas sirias a retirarse del Líbano después de tres décadas de presencia militar.

Esta retirada fue una victoria para los libaneses, pero no aclaró las circunstancias del ataque que se cobró la vida de Hariri, por lo que, tan solo 13 meses después del atentado, el Consejo de Seguridad de la ONU acordó establecer este tribunal fuera del Líbano -allí no se podía garantizar la seguridad de la Corte- para juzgar el asesinato del ex primer ministro.

Hoy, 15 años después de ese ataque, sigue sin conocerse la identidad de quiénes estuvieron en la cadena de mando y tampoco se sabe si el único acusado sigue con vida o si cumplirá algún castigo.

Esta sentencia reabre viejas heridas entre los libaneses, que aún tratan de recuperarse de la trágica explosión en el puerto de Beirut de hace dos semanas que dejó al menos 180 muertos y más de 6.000 heridos.

Imane Rachidi

(c) Agencia EFE