Mientras las acciones caen, los inversionistas huyen de los mercados y algunos culpan a la Fed

Fue una fiesta maravillosa y ahora la resaca ha llegado. El índice bursátil S&P 500 ha bajado cerca de 20% desde su máximo pandémico. El Nasdaq Compuesto se ha reducido en casi un tercio desde su punto máximo en noviembre.

Los inversionistas se han dado cuenta de que la Reserva Federal (Fed) no los va a rescatar de esta caída en los precios de las acciones y la renta fija. De hecho, algunos argumentan que es el banco central el que ha contribuido a la caída del mercado que está arrasando las carteras de acciones y bonos este año.

El potente estímulo monetario que la Reserva Federal preparó en el primer año de la pandemia salvó la economía, ayudó a alimentar el mercado financiero y contribuyó a la inflación de estos días, que es alta desde el punto de vista generacional. Así pues, a la Fed no le ha quedado más remedio que cambiar de rumbo para sedar la inflación. El efecto ha sido un recordatorio aleccionador de que los precios de las acciones y los bonos pueden bajar, y rápido, al igual que caer aún más.

Invertir con éxito a largo plazo nunca ha sido un camino recto. Es muy difícil mantener la cabeza fría cuando los precios están cayendo y los refugios habituales no logran resguardarnos.

En la próxima semana, muchos expertos del mercado hablarán de capitulación: ese es el momento en el que el miedo gana, y los inversionistas venden en masa sin tener en cuenta las perspectivas financieras de una acción o un bono. La dificultad radica en que la capitulación es más fácil de reconocer cuando ya se ha producido.

Los inversionistas llevan semanas retirando miles de millones de dólares de los fondos de inversión a largo plazo y de los fondos cotizados, según datos del Investment Company Institute. La mayor parte ha salido de los fondos de bonos, aunque los inversionistas han sacado dinero de todas las principales clases de fondos.

No hay nada en el calendario económico de esta semana que sugiera que la presión de las ventas pueda ceder. Ya se han publicado la mayor parte de los resultados financieros del primer trimestre de las empresas. Y los mercados están en una temporada tradicionalmente débil. El viejo adagio de Wall Street dice “Vende en mayo y vete”.

Los inversionistas a largo plazo no deberían ser flores de pared, ya que la fiesta ha terminado, por supuesto. La limpieza de cualquier fiesta decente es un desastre. Solo hay que recordar que no todo es basura.

Tom Hudson presenta The Sunshine Economy en WLRN-FM, en donde es vicepresidente de noticias. Twitter: @HudsonsView.