El abrazo de Nacho tras su gol: todos adoran Zidane

Nacho no jugó ni un minuto en la pasada Supercopa. Apenas ha sido titular en tres partidos en Liga, donde no jugada desde hace más de un mes. En la Champions su papel ha sido residual, apenas ha disputado 45 minutos. Sin embargo, en el partido ante el Valladolid, al marcar el gol no lo dudó, se dirigió a su entrenador, ese que apenas le da bola, y le dio un abrazo para celebrar el gol que le acabó dando al Real Madrid el triunfo ante el Valladolid.

Ese pequeño gesto que puede no tener importancia es una de las claves del éxito de Zinedine Zidane como técnico. Su personalidad hipnotiza y convierte a cada jugador en un espartano cada vez que sale al campo, todos mueren por el francés aunque sean 'suplentísimos', aunque crean merecer más minutos.

Abrazo entre Nacho Fernández y Zinedine Zidane tras el gol del defensa en Valladolid (REUTERS/Juan Medina)
Abrazo entre Nacho Fernández y Zinedine Zidane tras el gol del defensa en Valladolid (REUTERS/Juan Medina)

Cualquiera que haya estado delante de Zidane en alguna ocasión puede percibir el magnetismo de su figura. Su presencia intimida pero en el sentido positivo de la palabra. Es un mito viviente del fútbol e infude un respeto monumental, embriagador. Ese aura es la que hace que sea respetado por todos los jugadores, desde Cristiano Ronaldo a Nacho pasando por Modric, Ramos o Casemiro. Es un ídolo ahora en el banquillo y es respetado por eso y por su personalidad, fuerte pero a la vez calmada, pausada.

Hasta en los peores momento, escenificados con el 'caso Bale', ha salido airoso. Dijo del galés que sería bueno que se fuera "mejor hoy que mañana", y como no se marchó, le ha integrado como a uno más y le ha defendido en todo momento. El posible incendio no va más allá, por lo tanto, de lo que la prensa quiere vender. Impensable con otro entrenador.

Zidane lidia con jóvenes proyectos de crack como Vinícius que tienen pocos minutos y podrían ser un problema, bien por el jugador bien por su entorno. También con estrellas venidas a menos como Bale y James, cuyos egos logra gestionar para que no sean un problema constante en el vestuario. Y los jugadores que tienen menos minutos, como ejemplificó Nacho, le adoran.

Normal que lo que tiene Zidane lo busquen otros como el Barça en la figura de Xavi. Pero no es nada, nada fácil lograr lo que él hace, por mucho icono del fútbol mundial que haya sido. El mérito de Zidane está en ser quien fue y en ser ahora cómo es.

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