A pesar de sufrir un terrible dolor, una madre se niega a tomar calmantes para poder dar el pecho a su bebé

El sacrificio de una madre por sus hijos no tiene límite. Buen ejemplo de ello es el caso de Danni Bett. Esta mujer neozelandesa sufrió unos terribles dolores durante horas para que su bebé no pasara hambre.

Todo sucedió el pasado fin de semana. Bett y su hija de dos meses Indi sufrieron un tremendo accidente de tráfico a las afueras de Christchurch (Nueva Zelanda). La madre perdió el control del vehículo y lo estrelló contra una valla metálica, dejando el coche en un estado de siniestro total. A pesar de llevar el cinturón de seguridad puesto, el impacto fue tan fuerte que Bett sintió al instante como su espalda y su cuello sufrían un tremendo tirón.

Pero a pesar de que el dolor era insoportable y apenas se podía mover, sus instintos maternos permanecieron intactos. Cuando los servicios de emergencias llegaron al lugar de los hechos, lo primero que la madre les dijo fue que ayudaran a su bebé, que permanecía sentada en su sillita. Bett apenas la podía ver por el espejo retrovisor, y aunque dormía, parecía que no sufría ninguna herida.

Cuando los paramédicos sacaron a las dos del coche, procedieron a inmovilizarlas en una camilla. Fue entonces cuando Danni Bett tuvo la sangre fría de decir a los sanitarios que no la diesen ningún tipo de fármaco que pudiera transmitirse a su hija a través de la leche materna. El problema es que dichas medicinas eran precismante las que la iban a aliviar el tremendo dolor que estaba sufriendo en esos momentos.

A Danni le dio lo mismo: su hija era su única prioridad y renunció a los analgésicos. Es más, en previsión de lo que pudiera pasar, la mujer se puso a dar el pecho a la pequeña Indi en la misma ambulancia.

Cuando las dos llegaron al hospital, los médicos la aconsejaron que Indi comiera en las próximas horas con un biberón, para que pudiera tomar algún tipo de calmante. Pero Danni sentía que si lo hacía iba a abandonar de alguna manera a su hija en el día más traumático de su corta vida: necesitaba tenerla en brazos todo el rato y darle de comer para calmarla. A pesar de lo aparatoso del accidente, Danni solo sufrió un esguince de cuello y salió del hospital con un collarín puesto.

La foto de la madre y de la niña se ha convertido en todo un fenómeno en Facebook y en un claro ejemplo del enorme sacrificio que puede llegar a hacer una madre por lo que más le importan en el mundo: sus hijos.