A sus 90 años, Dolores Huerta insiste que "el poder está en nuestras manos"

Los Ángeles, 9 abr (EFE News).- La activista Dolores Huerta confiesa en entrevista con Efe con motivo de su 90 cumpleaños que aunque inicialmente, cuando comenzó su lucha por los derechos de los hispanos hace siete décadas, sintió "que nada se podía hacer para cambiar las cosas", ha luchado todos los días desde entonces para demostrar que "el poder está en nuestras propias manos".

Su consigna de "¡Sí se puede!” es el combustible diario de Huerta y la motivación que decenas de personas buscan en la mexicoamericana que este viernes cumple nueve décadas de vida y dice estar trabajando más que nunca a favor de los migrantes, las mujeres y los menos favorecidos.

En una entrevista telefónica desde su casa en Bakersfield, California, su primera reflexión es sobre el momento exacto que su vida cambió y que definió el resto de su existencia.

ALZAR LA VOZ PARA AHUYENTAR LOS MIEDOS

“Yo, como muchas personas, pensaba que en estas situaciones que vivimos en discriminación (...) no se puede hacer nada para cambiar las cosas. Que así es la vida”, advierte.

Pero a los 25 años, ya vinculada con los trabajadores agrícolas en Stockton, en California, Huerta conoció a un campesino al que no le querían otorgar una incapacidad médica tras sufrir un “stroke” (infarto cerebral).

Aunque era 1955, y las mujeres, y mucho menos las hispanas, no habían logrado que escucharan su voz, la latina recuerda, como si fuera hoy, que exigió hablar con el supervisor y no se fue de allí hasta que logró que se le otorgaran los derechos a ese trabajador.

“Ese día me cambió la vida en realidad. Me di cuenta que cada uno puede hacer algo, y que es cuestión de organizarnos”, asegura.

NACE UNA LIDER INCANSABLE

Desde ese momento, la hispana de cuerpo menudito, y con apenas cinco pies de estatura comenzó el camino para convertirse en una gigante en la defensa de los “oprimidos”, como ella dice.

En todas estas décadas figuras tan notables como Robert F. Kennedy han reconocido su valor. En 1968 el demócrata destacó que Huerta le ayudó a ganar la primaria presidencial demócrata de California, y han elogiado el tesón de la mujer de raíces mexicanas los expresidentes Bill Clinton y Barack Obama, que en 2012 le concedió la Medalla de la Libertad.

La dinastía de los gobernadores Brown (Pat Brown 1959-1967 y Jerry Brown 1975-1983 y 2011-2019) escucharon sus peticiones para sacar adelante varias reformas en California.

“Los Brown nos ayudaron mucho con los migrantes y con protecciones de trabajadores del campo” asegura la promotora de una de las huelgas más importantes de trabajadores agrícolas que ha vivido Estados Unidos, las Huelgas de Uva en Delano (1965-1970).

“Aunque siempre se necesitan más cosas, porque el sistema tiene muchos problemas, especialmente con la educación y protecciones a trabajadores”, agrega en una muestra de su inconformidad y su necesidad de no parar en la lucha.

Al preguntarle cómo le ha ido con los conservadores en estos 65 años de batalla social, la madre de once hijos hace una pausa y dice que el tiempo les ha cambiado para mal.

“Tristemente, el Partido Republicano expulsó a todos estos republicanos que no eran tan extremos”, considera. “Los que quedaron son muy duros de cabeza”.

UN CUMPLEAÑOS MARCADO POR EL CORONAVIRUS

Son esos oídos sordos de los conservadores los que más le molestan y a los que achaca en gran parte el “mal manejo que el Gobierno tuvo inicialmente” en esta pandemia del COVID-19 a la que califica de “horrible”.

“El precio que está pagando la gente en Estados Unidos, que se está muriendo, es por falta del liderazgo que está teniendo este presidente”, subraya.

Entre la lista de críticas, la cofundadora del Sindicato de Trabajadores Agrícolas (UFW, en inglés), dice que el presidente Donald Trump no tomó en serio la pandemia y no alentó las medidas de aislamiento para evitar la propagación del virus en Estados Unidos, país con el mayor número de contagios del mundo, con más de 425.000, y casi 15.000 muertos, según datos oficiales.

UN CONFINAMIENTO SIN DESCANSO

En contraste, Huerta aplaude las medidas tomadas por el gobernador de California, Gavin Newsom.

Aunque las ordenes de confinamiento la obligarán a pasar su 90 cumpleaños recluida en su hogar, cree que solo se puede salir de esta emergencia sanitaria “si se pone por encima a las personas sobre el dinero”.

Su propósito por estos días es que Newsom incluya a los migrantes indocumentados y a los trabajadores del campo en las ayudas económicas que dará el estado.

"Este sería un buen regalo de cumpleaños", considera.

“La están pasando muy mal. Muchos migrantes se han visto afectados porque tienen trabajos en los restaurantes. Los campesinos también con el cierre de las escuelas. Muchas mujeres tuvieron que quedarse en casa a cuidarlos, y muchos niños no tienen computadores”, enumera, casi sin parar de respirar, una larga lista sobre los problemas que aquejan a los pobres, los migrantes, las mujeres y las minorías.

Al despedirse, porque la estaban esperando para participar en su quinta reunión virtual del día, Huerta concluye que “la única solución que ella ve para salir con bien de esta crisis sanitaria es que “nos tenemos que ayudar los unos a los otros”.

“Esta crisis va a terminar y tal vez nos van a dejar con más problemas. Por eso la unidad es lo más importante ahora y continuar con la lucha. Aún nos quedan muchas cosas... vienen las elecciones, está el censo…” continúa hasta que se escucha el último llamado.

"¡Sí se puede!”, dice antes de colgar.

(c) Agencia EFE