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Brahimi alerta del horror sirio "sin precedentes" tras la matanza de Alepo

El enviado de paz de la ONU a Siria Lakhdar Brahimi instó el martes al Consejo de Seguridad a actuar para poner fin a los "niveles de horror sin precedentes" que tienen lugar en la guerra civil de ese país y que está "destrozando poco a poco" a esa nación luego del descubrimiento de 78 cadáveres de jóvenes ejecutados en Alepo. "El Consejo no puede simplemente decir 'estamos divididos, por lo que esperamos un mejor momento', ellos (los miembros del Consejo) deben atacar el problema ahora", declaró Brahimi a la prensa luego de la reunión. Brahimi dijo a los 15 miembros del Consejo en una conferencia a puertas cerradas que la legitimidad del presidente Bashar al Asad se ha visto "irreparablemente dañada" por el conflicto de 22 meses, que ha dejado más de 60.000 muertos pero que podría aferrarse aún al poder, afirmaron a la AFP fuentes diplomáticas. El emisario de Naciones Unidas y de la Liga Árabe en Siria, que rendía cuenta de sus esfuerzos ante el Consejo de Seguridad de la ONU, constató que no ha habido "progresos" hacia la paz. "Si ejerciéramos un poco más de presión (sobre los protagonistas del conflicto) habría quizá un poco más de progreso", estimó. "Se han alcanzado niveles sin precedentes de horror. La tragedia no tiene fin", afirmó Brahimi ante las informaciones de una nueva y espeluznante masacre en la ciudad de Alepo. Al menos 78 hombres jóvenes, ejecutados de un disparo en la cabeza, fueron encontrados este martes en un barrio de la ciudad siria de Alepo, última matanza hasta el momento en este país en guerra. El régimen sirio acusó a los islamistas radicales del Frente Al Nosra de ser los responsables de la ejecución, según la agencia oficial Sana. "Bandas terroristas del Frente Al Nosra llevaron a cabo en Alepo una operación de ejecución colectiva que le costó la vida a decenas de civiles secuestrados y cuyos cuerpos fueron tirados al río Quweiq", dijo la agencia. Según Sana, estos civiles fueron secuestrados por el grupo yihadista debido a su "rechazo a trabajar a cuenta de ese grupo" y porque habían pedido a los miembros de Al Nosra que dejaran sus barrios. Aunque las fuerzas rebeldes mantienen otra visión. Un combatiente rebelde, Abu Seif, dijo que habían encontrado 78 cuerpos en el río Quweiq y que al menos otros 30 estaban todavía en el agua pero que los disparos de francotiradores impedían recuperarlos. "El régimen los arroja al río para que lleguen a una zona bajo control nuestro para que la gente piense que fuimos nosotros", dijo Abu Seif. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), "al menos 65 cadáveres no identificados fueron encontrados en el barrio de Bustan al Kasr", un barrio controlado por los rebeldes en Alepo, la metrópoli del norte escenario de combates entre soldados del régimen e insurgentes. Los jóvenes "de unos 20 años fueron ejecutados de un disparo en la cabeza. Vestidos de civil, la mayoría tenían las manos atadas a la espalda", añadió el OSDH, una ONG con sede en Gran Bretaña que obtiene sus informaciones de una amplia red de militantes y médicos en Siria Los cadáveres fueron sacados del río Quweiq que separa Bustan al Kasr y Ansari, dos barrios también en manos de los rebeldes. Por el momento era imposible identificar a los cadáveres. "No sabemos quiénes son porque no llevaban identificación", afirma uno de los voluntarios mientras ayuda a introducir el cuerpo de un hombre en el interior de un camión. En el vehículo, un corresponsal de la AFP contó 15 cadáveres. "Los llevaremos al hospital de Zarzur para que los familiares vayan a reconocerlos", explicó el capitán Sada. Habitualmente, los rebeldes y el régimen se acusan mutuamente de las matanzas, pero no es posible confirmar estas informaciones a través de una fuente independiente. Se trata del último descubrimiento macabro hasta la fecha en Siria, donde el régimen reprimió violentamente la revuelta popular que comenzó en marzo de 2011 y se transformó en una guerra entre las tropas gubernamentales y los desertores, ayudados por civiles armados y yihadistas llegados del extranjero. En otras zonas del país, los combates continuaban causando estragos entre los dos bandos, rebeldes y soldados, que intentan ganar terreno, especialmente en el este y en la periferia de Damasco. Los rebeldes sirios realizaron este martes una gran incursión en Deir Ezor (este), haciéndose con el control de una importante posición de los servicios de inteligencia políticos y de dos puentes sobre el río Éufrates, en la carretera que las fuerzas del régimen utilizan para hacer llegar provisiones a la ciudad de Hasake, más al norte, precisó el OSDH. Las brigadas del Ejército Sirio Libre (ESL) y los yihadistas de al Nosra llevaron a cabo esta ofensiva, llamada "Amanecer de la liberación" y lanzada el domingo, precisó el OSDH. "(...) Si los rebeldes continúan su avance, lograrán una victoria estratégica ya que la ciudad es la llave de toda la provincia (homónima) que alberga los principales campos petroleros y gasísticos del país", afirmó a la AFP el director del OSDH, Rami Abdel Rahmane. En Idlib, en el noroeste de Siria, los rebeldes controlaban casi toda la prisión central, según la ONG. Al menos 78 hombres jóvenes, ejecutados de un disparo en la cabeza, fueron encontrados este martes en un barrio de la ciudad siria de Alepo, en la última matanza hasta el momento en este país en guerra, a varias horas de una intervención del mediador internacional Lakhdar Brahimi en la ONU. Al menos 78 hombres jóvenes, ejecutados de un disparo en la cabeza, fueron encontrados este martes en un barrio de la ciudad siria de Alepo, en la última matanza hasta el momento en este país en guerra, a varias horas de una intervención del mediador internacional Lakhdar Brahimi en la ONU. Al menos 78 hombres jóvenes, ejecutados de un disparo en la cabeza, fueron encontrados este martes en un barrio de la ciudad siria de Alepo, en la última matanza hasta el momento en este país en guerra, a varias horas de una intervención del mediador internacional Lakhdar Brahimi en la ONU.