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6 lecciones para criar niños emocionalmente fuertes

Cuando nacemos nos enfrentamos a un mundo que está lleno de desafíos, y para enfrentarlos se necesitan ciertas habilidades físicas y cognitivas, así como una fortaleza emocional y mental que debemos alimentar desde la infancia.

Sin embargo, cuando nos convertimos en papás, nos encontramos con un enorme obstáculo, que es la creencia de que nuestro trabajo es que los niños sean felices, porque en realidad lo que debemos hacer es acompañar, energizar y dar herramientas ante las situaciones difíciles.

Los niños que son fuertes a nivel mental y emocional pueden afrontar problemas, ser más resilientes y tienen una confianza en sí mismos que les ayuda a recuperarse de emociones “incómodas”, así como a lidiar con el estrés. Pero, ¿cómo podemos criarlos para que sean emocionalmente fuertes?

1. Validemos las emociones

Es importante identificar y nombrar las emociones de la familia, sobre todo de los niños pequeños que son los que están aprendiendo. Después es necesario usar frecuentemente los nombres de las emociones en nuestras conversaciones y guiar a los niños para que aprendan a manejarlas, sin importar si son agradables o desagradables.

2. Creemos en casa una cultura del error

Todos aprendemos de los errores y eso nos ayuda a crecer como seres humanos. Si nosotros deseamos que nuestros hijos sean felices y por ello evitamos cualquier situación que pueda reflejar los errores o siempre buscamos la perfección, entonces no les estamos dando las herramientas para que crezcan emocional o cognitivamente. Veamos en nosotros y en ellos el error como una oportunidad para aprender y crecer.

3. Fomentemos la resolución de problemas

Tal vez por el instinto de padres, intervenimos para resolver los problemas de nuestros hijos, sin embargo, es necesario que ellos aprendan a solucionar los conflictos por sí solos, que analicen y piensen la mejor forma para hacerlo.

4. Establezcamos límites y reglas

Esto les ayuda a sentir seguridad a los niños pequeños. Además, aprenderán que sus actos traen consecuencias tanto para ellos como para los demás.

5. Animemos a los niños a probar cosas nuevas

Salir de la zona de confort puede ser muy enriquecedor porque conocerá cosas nuevas, se enfrentará a situaciones desconocidas y aprenderá muchísimo para fortalecer sus emociones y su mente.

6. Fomentemos una mentalidad de crecimiento

Si en ocasiones los niños tienen pensamientos sobre su falta de capacidad para lograr ciertas cosas, lo ideal es primero validar y empatizar con esta sensación como real pero temporal “ahorita sientes como que nos vas a poder”, para después darles la oportunidad de cuestionar sus creencias cambiándolas por otras más apegadas a la realidad: “esta vez te costó trabajo, ¿en qué puedes trabajar para seguir aprendiendo?”

¿Qué pasa cuando los niños son mental y emocionalmente fuertes?

De acuerdo con la organización Mental Health America, si los niños desarrollan habilidades sociales, emocionales, de comportamiento y pensamiento positivas, tendrán una mejor salud mental en la infancia y en la vida adulta.

Incluso, un estudio realizado por la Universidad Estatal de Pensilvania revela que los niños que son criados mental y emocionalmente fuertes tienen una mayor probabilidad de ser exitosos en el futuro.

Los investigadores mencionan que cuando los niños adquieren habilidades sociales y emocionales desde que son muy pequeños, tienen más probabilidades de ir a la universidad y tener un empleo de tiempo completo a los 25 años.

En tanto, aquellos que no son criados con estas habilidades tienen un mayor riesgo de abandonar la escuela, de tener abuso de sustancias o problemas legales.

En la encuesta nacional First-Year College Experience, en Estados Unidos, se revela que los jóvenes que no estaban emocionalmente preparados eran más propensos a tener un bajo nivel académico, les costaba más trabajo adaptarse a nuevos entornos, así como a controlar sus emociones o construir relaciones positivas.

Por eso, nuestro gran reto como padres es criar niños con una buena salud mental y fuertes a nivel emocional, que sean capaces de sentirse felices consigo mismos, ser amables con ellos y con los demás, aprender, manejar sus emociones y sentimientos agradables y desagradables y estar preparados para afrontar cualquier situación.