En África, la falta de datos aumenta los temores de una "epidemia silenciosa"

NAIROBI.- África ha superado hoy los 500.000 contagios por coronavirus y los 11.900 fallecidos, en un momento en que la pandemia está acelerando su propagación en el continente, con Sudáfrica como el país más afectado.

Según los últimos datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta este miércoles se contabilizan 507.187 casos y 11.959 decesos en todo el continente, mientras que son ya más de 245.000 las personas que han conseguido superar la enfermedad.

Sudáfrica, que superó la barrera de los 200.000 casos ayer, es el país más golpeado. Hasta ahora contabiliza 215.855 contagios y 3502 víctimas mortales.

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Le sigue, aunque muy alejado, Egipto, con 77.279 casos y 3489 fallecidos, y Nigeria, el país más poblado, que suma ya 29.789 contagios y 669 decesos.

Sin embargo, la escasez de datos confiables afecta a muchas naciones africanas, y algunos gobiernos son reacios a reconocer epidemias o exponer sus sistemas de salud en ruinas al escrutinio externo. Otras naciones simplemente no pueden realizar pruebas significativas porque están tan devastadas por la pobreza y el conflicto.

Compartir información es vital para enfrentar la pandemia en África, tanto para planificar la respuesta como para movilizar fondos de donantes, dicen expertos en salud pública. Tal como están las cosas, es imposible medir la gravedad total del contagio en todo el continente.

"Epidemia silenciosa"

Las cifras oficiales hacen que parezca que la enfermedad ha bordeado gran parte de África, pero la imagen real seguramente será peor, ya que el enviado especial de la OMS, Samba Sow, advirtió el 25 de mayo de una posible "epidemia silenciosa" si no se priorizaban las pruebas.

Para el 7 de julio, se habían llevado a cabo 4200 pruebas por millón de personas en todo el continente, según un análisis de Reuters de las cifras de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de África (CDC), un organismo creado por la Unión Africana en 2017; en comparación con promedios de 7650 en Asia y 74.255 en Europa.

Las entrevistas con docenas de trabajadores de la salud, diplomáticos y funcionarios locales revelaron no solo la escasez de pruebas confiables en la mayoría de los países, sino también los esfuerzos que algunos gobiernos han hecho para evitar que surjan noticias sobre las tasas de infección, incluso si eso significa perder el financiamiento de los donantes.

"No podemos ayudar a un país contra su propia voluntad", dijo a Reuters Michel Yao, jefe de operaciones de emergencia de la OMS en África. "En algunos países, tienen reuniones y no nos invitan. Se supone que somos el principal asesor técnico ". Yao declinó señalar países, diciendo que la OMS necesitaba preservar una relación de trabajo con los gobiernos.

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Tanzania, por ejemplo, confirmó su primer caso de Covid-19 el 16 de marzo. Al día siguiente, el gobierno convocó un grupo de trabajo para coordinar la respuesta con socios internacionales, incluidos la OMS, embajadas extranjeras, donantes y agencias de ayuda, dijeron múltiples fuentes.

Este grupo especial nunca más se reunió, dijeron a Reuters dos funcionarios extranjeros familiarizados con la situación, mientras que los funcionarios del gobierno no se presentaron a docenas de reuniones posteriores relacionadas con el coronavirus.

Falta de intercambio de información

Tanzania no ha publicado cifras a nivel nacional desde el 8 de mayo, cuando había registrado 509 casos y 21 muertes. Días antes, el presidente John Magufuli desestimó los kits de prueba importados del extranjero como defectuosos, diciendo en la televisión nacional que también habían arrojado resultados positivos en muestras tomadas de una cabra y una papaya.

El 23 de abril, la OMS organizó una llamada con los ministros de Salud africanos para discutir, entre otras cosas, la falta de intercambio de información, dijo Yao, aunque se negó a decir quiénes participaron.

Pero cuando los funcionarios de la OMS expresaron su preocupación a fines de abril por la falta de medidas para contener el virus en Burundi, la pequeña nación de África Oriental expulsó a su máximo representante y a otros tres expertos de la OMS sin explicación el 12 de mayo.

Burundi fue uno de los primeros países africanos en cerrar sus fronteras en marzo, lo que pareció retrasar la propagación del virus inicialmente. Pero el país experimentó un repunte en los casos sospechosos luego de que se celebraran manifestaciones en el período previo a las elecciones generales del 20 de mayo, dijo un proveedor de atención médica, que habló bajo condición de anonimato.

Otro estado africano que se peleó con la OMS fue Guinea Ecuatorial. No ha compartido cifras con la agencia de la ONU desde finales de mayo, cuando su gobierno acusó a la OMS de inflar el número de casos y exigió que retirara a su representante.

La OMS culpó a un "malentendido sobre los datos" y negó cualquier falsificación de cifras. El país centroafricano ha continuado proporcionando actualizaciones periódicas a los CDC de África, lo que sitúa el número de casos confirmados allí en 3071 con 51 muertes.

Sistemas de Salud dañados

Si bien algunos países no comparten información, otros no pueden: sus sistemas de salud están demasiado dañados para llevar a cabo pruebas a gran escala, vigilancia o rastreo de contactos.

Por ejemplo, militantes islamistas y milicias étnicas operan en vastas zonas de Burkina Faso, Níger y Malí, lo que hace imposible que los gobiernos allí establezcan una imagen nacional de la propagación de la enfermedad.

Al igual que en otros países, la escasez de kits ha llevado a Burkina Faso a limitar en gran medida el número de pruebas que realiza a contactos de casos confirmados y personas que llegan del extranjero. Esto significa que hay pocos datos sobre la transmisión local, según muestran los informes del ministerio de Salud.

Algunos países, como Camerún y Nigeria, hacen pruebas de manera descentralizada, pero muchos otros tienen muy poca capacidad fuera de sus capitales, dijo Franck Ale, epidemiólogo del grupo de ayuda internacional Medecins Sans Frontieres (Médicos sin Fronteras).

Agencias DPA y Reuters