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Cosas que me sorprendieron al mudarme a EEUU

Texto: Sofi Jaramillo

¿Cómo fue cuando te mudaste? / Foto: Thinkstock
¿Cómo fue cuando te mudaste? / Foto: Thinkstock

Hace dos meses me mudé a Estados Unidos y para ser honesta, este es un país que no deja de sorprenderme. Desde la infraestructura vial hasta la diversidad cultural que se observa en las calles, hacen que mi día a día esté lleno de vivencias. Y ¿a qué clase de experiencias me refiero? No quiero entrar en calificativos del tipo bueno, malo, bonito o feo. Creo en las diferencias y aprendí a no poner etiquetas. Por eso quiero compartirles algunos eventos de la vida diaria y la manera cómo aprendí a enfrentarlos.

1. Historia de crédito.

Tener historial crediticio facilita la vida. Eso es una realidad. El crédito te lo piden, por ejemplo, al momento de comprar un auto, rentar o adquirir una casa y solicitar una tarjeta de crédito. No tenerlo implica, entre otras cosas, adjuntar más documentos para cualquier trámite en el que debas demostrar solvencia económica, y pagar cuotas más altas cuando de comprar se trata. Así que no esperes mucho y hazte a una buena historia de crédito.

2. Mercado inmobiliario.

Buscar un lugar en donde vivir es una de las primeras cosas que haces el momento de llegar a un lugar nuevo. Y en EEUU, o al menos en Miami, que es la ciudad en donde vivo, el mercado inmobiliario se mueve muy rápido. Mi recomendación: una vez encuentras algo que te guste, lo mejor es no pensarlo dos veces y presentar la opción de compra o alquiler a la mayor brevedad, porque si decides pedirle consejos a la almohada y consultarlo con toda tu familia, lo más seguro es que uno, dos, o tres días después, la propiedad esté fuera del mercado.

3. Sistema educativo.

Hasta el momento, la búsqueda de colegio para la mayor de mis hijas la hacía después de rentar casa y basada en una premisa: que me gustara la institución. No importaba si estaba lejos o cerca del sitio en donde viviríamos, incluso, tampoco importaba mucho el costo, porque la educación privada en Latinoamérica no suele ser muy cara.

Pero en EEUU la historia es otra. La escuelas privadas son muy costosas, y las públicas se asignan con base en el lugar en donde reside el estudiante; además, la calidad varía de unas a otras. Dicho en otras palabras, si quieres que tus hijos asistan a un buen colegio público, primero busca la institución y después la casa.

4. Seguro de salud.

Sin seguro médico es mejor no enfermarse. Los servicios de salud son muy costosos y cualquier visita al doctor, en la que además deban realizarte algunos exámenes básicos como pruebas de sangre, te costará no menos de US$600. Y si tienes hijos pequeños, las cuentas podrían llegar a sumarte varios miles de dólares. Por eso, lo más recomendable es contar un buen seguro.

5. Compra de medicamentos.

Pensar en comprar sin receta médica, muchos de los remedios que estamos acostumbrados a adquirir libremente en las farmacias en América Latina, es imposible. No insistas, por ejemplo, contándole al farmaceuta que tu hijo tiene infección de oído y que necesitas ese antibiótico que tu pediatra siempre te recomendaba, porque no tiene caso hacerlo. Sencillamente no te venderá nada sin la respectiva prescripción.

Y mientras terminas de descubrir las nuevas reglas de juego para tu vida, disfruta del entorno y visita todos los restaurantes, museos, parques de diversiones y centros comerciales, que acá puedes encontrar.

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