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El lado más humano de los escritores argentinos

Históricos | Sudamericana | 400 págians | 119 pesos
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“El Aleph” de Borges está dedicado a Estela Canto. Muchas son las interpretaciones que los lectores le han dado a este gesto, entre ellas, que es un tributo a la Divina Comedia de Dante Alighieri (el poema épico está dividido en “cantos”). Pero quizás no haya que darle muchas vueltas a la cuestión: Estela Canto fue una mujer que conquistó el corazón de Borges.

Pero si revolvemos un poco el pasado, hay más. Para Bioy, Estela Canto fue un amor de verano. Para Borges, esa mujer fue mucho más.

Lo cierto es que los escritores más famosos del país han tenido historias de amores increíbles. Daniel Balmaceda, periodista e historiador que siempre le encuentra una vuelta de tuerca al arte de revisar y acomodar el pasado, juntó información suficiente para contar algunos relatos románticos de las plumas más ilustres del país.

Así, Leopoldo Lugones, Jorge Luis Borges, Victoria y Silvina Ocampo, Alfonsina Storni, Macedonio Fernández, Roberto Arlt, Adolfo Bioy Casares, Oliverio Girondo, Manuel Mujica Lainez, Silvina Bullrich y Ernesto Sabato se ven envueltos en enredos, profundos estados de enamoramiento, decepciones y traiciones.

Pero también algunas figuras extranjeras, como el francés Antoine de Saint-Exupéry, autor del Principito, vivió un romance con un beso en las alturas, en la Ciudad de Buenos Aires. Pablo Neruda, poeta chileno, se mandó cartas de amor que son verdaderas obras de arte.

Aquí, Balmaceda cuenta un poco de qué trata el libro, con qué documentos y pistas dentro de la obra de los autores trabaja y nos adelanta algunos cruces amorosos de película.

- No es el primer libro de romances que escribís… ¿Qué te llama la atención de estas historias?

- Va más allá de lo romántico. En realidad, me interesa todo aquello que complementa a la clásica biografía que enumera datos curriculares y fechas. Me atrae el aspecto humano por encima de los acontecimientos básicos. Por supuesto que en las vivencias de este tipo siempre hay un alto contenido de romanticismo y, sobre todo, de vinculaciones profundas con el amor.

Sábato, en sus años de juventud (Télam)
Sábato, en sus años de juventud (Télam)

- Como historiador, ¿qué encontrás en las historias del corazón en tanto aportes a la historia? ¿Es una forma de estudiar historia hacer un recorrido por los corazones?

- Al menos para mí, son historias atractivas porque permiten unir a esas personalidades que admiramos con esos sentimientos que todos tenemos a flor de piel. En muchos de los relatos podremos sentirnos reflejados. Pero a la vez, verlos a ellos tan parecidos a nosotros en sus conductas los convierte en más "terrenales"; y, por lo tanto, son aún más admirables.

- ¿Podrías contarme cómo trabajás con este tipo de historias? ¿Cuáles son tus fuentes?

- Fundamentales son las grandes biografías que se han escrito. Hay trabajos verdaderamente notables y difíciles de superar. A eso deben sumarse cartas, memorias, noticias -incluso juicios-, más la inestimable ayuda de aquellos que trataron a los genios que intento revivir a través de sus historias.

- ¿Encontrás pistas en la obra literarias de los autores que te lleven a las fuentes? ¿Podrías contarme algunos casos?

- Esa es la clave. Ellos amaron con pasión y locura, pero además volcaron en su obra estas experiencias. ¿Ejemplos? Las cartas de amor de Neruda, a su amada Matilde Urrutia. O Los pasajeros del jardín, la novela en la que Silvina Bullrich volcó los detalles de su relación con Marcelo Dupont. Uno más: El cancionero de Aglaura, colección de poemas que Leopoldo Lugones dedicó a su joven amante. Hay muchos más ejemplos.

- ¿Te quedan cabos sin atar? ¿Hay historias de las cuales tengas pistas y no tengas idea a qué remiten?

- Sí, siempre ocurre. Cuando se trabaja sobre varias historias en paralelo, no todas cierran. Entonces, no queda más remedio que asumirlo. También están aquellas anécdotas que han sido resueltas, pero a la hora de integrarlas, no combinan con el conjunto. Al igual que las investigaciones inconclusas, quedan marginadas de la obra. Pero no pierdo las esperanzas de que algún día se completen y se sumen a un futuro libro.

Borges se disputó una mujer con Bioy (AP)
Borges se disputó una mujer con Bioy (AP)

- ¿Cómo es eso de que Borges y Bioy amaron a la misma mujer?

- Es extraño porque eran personalidades muy distintas. Pero se movían en círculos similares. Más aún, ellos estaban en el centro de un importante entorno literario. Estela Canto fue un romance de verano para Bioy. En cambio, Borges vivió una relación muy intensa con la escritora. Por otra parte, Alicia Jurado recibió los embates de Bioy, pero ella procuró acercarse a Borges, incluso insinuándose al gran escritor.

- ¿Cuáles fueron las historias que más te llamaron la atención? Contame alguna

- Elegir una es difícil. Podría ser el romance que vivieron en Buenos Aires el aviador francés Antoine de Saint-Exupéry y la salvadoreña Consuelo Suncín, en septiembre de 1930. Se conocieron en una reunión social y esa misma tarde él la invitó a volar. En el aire, le exigió un beso. Aterrizaron como novios y estuvieron a punto de casarse en nuestro país. ¿Por qué no lo hicieron? Ya lo verás en un capítulo del libro...

- Contame cómo fue eso de que a Alfonsina se la disputaron dos grandes figuras.

- Sí, Horacio Quiroga y Benito Quinquela Martín se disputaron el amor de Alfonsina Storni y esto los enfrentó. Alfonsina fue gran amiga del pintor, pero mantuvo un noviazgo un tanto informal con el escritor uruguayo. Cuando Quiroga le propuso que se fueran a vivir a la selva misionera, la poeta lo habló con su amigo Quinquela. El artista la increpó: "¡Cómo vas a irte a la selva con ese loco!" Ella aceptó el consejo y la pareja se distanció, pero los hombres mantuvieron su enemistad. Lo tensa que debe haber quedado esa relación…