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¿Quién le tiene miedo al Gran Tiburón Blanco?

Vivimos traumatizados. La televisión y el cine nos han hecho creer que los tiburones son perfectas máquinas asesinas, siempre a la caza de humanos indefensos. Sin embargo, no todos se han tragado ese anzuelo. La joven buzo Ocean Ramsey se ha propuesto demostrar que la presunta ferocidad de estos habitantes del mar es apenas un mito, detrás del cual se esconde nuestra fatal ignorancia.

Ramsey aprovechó un video promocional de la compañía de cámaras de alta definición GoPro para registrar una de sus jornadas de buceo junto a un Gran Tiburón Blanco en las aguas de Hawái. Las imágenes fueron filmadas por el Día de San Valentín, como regalo a quienes sienten amor también por los animales.

La submarinista prefirió no utilizar tanques de oxígeno durante la filmación, para no perturbar el sistema sensorial de estos peces. Gracias a su entrenamiento ella puede sumergirse hasta cinco minutos y 45 segundos sin retornar a la superficie.

En un artículo publicado en el sitio Water Inspired, Ramsey confesó que su pasión por la inmersión junto a los tiburones trasciende la búsqueda de emociones fuertes: su intención es abogar por la conservación de los temidos escualos.

“Espero que compartir mis experiencias con los tiburones inspire a otras personas a tomar partido y ayude a proteger a estas fascinantes criaturas antes de que sea demasiado tarde”, escribió la instructora de buceo. “Los tiburones deben ser respetados como animales salvajes y apreciados por su papel de depredadores en el ecosistema de los océanos”, señala en su texto.

En 2000 los tiburones blancos ingresaron a la lista de especies vulnerables de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). La pesca excesiva, con fines deportivos o comerciales, constituye la principal amenaza para estos animales. Se estima que 100 millones de ejemplares mueren cada año por esta causa.

Aunque en su video Ramsey aparece tan confiada como cualquier turista que nada con un inofensivo delfín, ella tampoco recomienda a cualquiera imitar su aventura. Antes de lanzarse al agua con un gran tiburón blanco es preciso conocer su lenguaje corporal, su comportamiento y sentirse cómodo con esa interacción. Ese conocimiento complementará la tranquilidad de espíritu necesaria para sumergirse con un animal que carga con tan inmerecida reputación.

Los ancestros de los actuales tiburones blancos habitaron los mares de la Tierra hace 400 millones de años, cuando no habían nacido aún los primeros dinosaurios. Sin embargo, no han corrido tan buena suerte como esos míticos gigantes, a los que algunos científicos quieren, incluso, devolver a la vida.