La repentina pérdida de hielo en la Antártida afecta el campo gravitatorio de la Tierra

Datos del satélite CryoSat de la ESA confirman la aceleración del deshielo en una zona que hasta ahora parecía estable

Que las emisiones de gases invernaderos provocadas por la acción del hombre están elevando la temperatura de nuestro mundo es algo que ya casi nadie duda. La última prueba de los cambios que está sufriendo el planeta nos llega de una región de la Antártida que previamente se había mantenido estable. Ahora, los científicos han descubierto una pérdida de hielo en esa área tan grande y repentina que está incluso provocando pequeños cambios en el campo gravitatorio de la Tierra.

Sistema de glaciares en la Isla Livingstone descargando hielo al océano cerca de la Antártida. (Crédito imagen: doctora Alba Martín Español/Universidad de Bristol).
Sistema de glaciares en la Isla Livingstone descargando hielo al océano cerca de la Antártida. (Crédito imagen: doctora Alba Martín Español/Universidad de Bristol).

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Desde el cielo, gracias a los satélites, los científicos pueden medir con una exactitud asombrosa los cambios en el grosor de las grandes masas heladas de los polos. El satélite CryoSat de la ESA, desde su atalaya de 700 km de altura por ejemplo, acaba de ofrecer datos preocupantes sobre una región en el sur de la Península Antártica que los científicos consideraban estable hasta hace unos pocos años.

El doctor Bert Wouters, de la Universidad de Bristol (líder de la investigación) cree que en torno al año 2009, el adelgazamiento de las capas exteriores y el derretimiento del subsuelo sobre el que se asienta un sistema de glaciares en esa zona, atravesó un nivel crítico. Esto hizo que se desencadenara una pérdida de hielo repentina que ha sorprendido a los investigadores.

El doctor Wouters calcula que la línea de 750 km de glaciares estudiada, arroja desde entonces un caudal constante de 60 km3 de agua al océano cada año, lo cual la convierte a esta cuenca en el segundo mayor contribuyente de la Antártida a la elevación del nivel del mar.

Variaciones en el gradiente de la gravedad de la zona estudiada, tal cual la recogen los satélites GRACE y GOCE. (Crédito: ESA).
Variaciones en el gradiente de la gravedad de la zona estudiada, tal cual la recogen los satélites GRACE y GOCE. (Crédito: ESA).

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Según se puede leer en la web de la ESA, la pérdida de hielo en la zona ha sido tan notable que ha llegado incluso a provocar pequeños cambios en el campo gravitatorio. Nada alarmante, aunque la variación en el gradiente ha sido lo bastante perceptible como para que la misión GRACE de la NASA la recogiera.

Han bastado cinco años de análisis para que el satélite CryoSat haya detectado una pérdida anual de 4 metros en la altura de los glaciares. Esta pérdida de hielo y su entrega a los océanos no puede explicarse por cambios en la frecuencia de las precipitaciones de nieve, o en la temperatura del aire. Los investigadores creen que el culpable es el calentamiento de los océanos.

Durante las dos últimas décadas, las capas de hielo en la Antártida han perdido una quinta parte de su grosor original. El hecho de que sea el calentamiento del océano el que provoque esta pérdida preocupa especialmente a los científicos, ya que buena parte de los glaciares se asientan en pendiente sobre roca base por debajo del nivel del mar, lo cual seguramente acelere el proceso incluso aunque los glaciares se retiren hacia el interior.

El trabajo científico, liderado por Bert Wouters y Alba Martín Español (ambos de la Universidad de Bristol), acaba de publicarse en la revista Science.

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