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La "universidad para mendigos" de Londres, un éxito arrollador

Un mendigo en Londres (Wayne Ray)
Un mendigo en Londres (Wayne Ray)

Steve nunca olvidará cuando dejó los estudios a los 12 años: la dislexia que él padece todavía no se había reconocido como una condición que afecta al aprendizaje y se le consideraba básicamente un analfabeto sin esperanza.

Cuarenta años después, Steve es uno de los muchos mendigos de Londres. Deprimido, alcohólico y sin rumbo, se había acostumbrado a vivir la vida día a día, sin rumbo ni ambiciones. Pero ahora Steve ha recordado lo que significa el entusiasmo, que hay cosas en la vida aparte de "estar sentado con una lata en la mano" y lo diferente que se ve todo cuando "tienes un poco de confianza en ti mismo".

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Steve es uno de los 395 alumnos del Recovery College (literalmente, Universidad de Recuperación), un centro de estudios gratuito en el que se imparten clases para que gente sin rumbo en la vida, obligada a mendigar bien por sus propias limitaciones bien por circunstancias de la vida, recupere la auto-estima perdida y aprenda habilidades prácticas que le ayuden a desenvolverse mejor en el mundo exterior.

Centrado en clases como aprender a leer, música, construcción de la auto-estima, cómo comer bien con poco presupuesto, primeros auxilios o concienciación de los peligros de la sobredosis, este centro que abrió en 2012 como un experimento se ha convertido en un grandísimo éxito que ni sus propios creadores, de la caridad St Mungo, se esperaba.

El éxito se ha probado ahora, en invierno, cuando las calles son las camas menos deseadas incluso por quienes las frecuentan en verano: actualmente hay 395 alumnos en 60 cursos, convencidos de que el vivir en la calle tiene consecuencias corrosivas que marginan a los mendigos.

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La idea es hacer de la educación algo atractivo para la gente a la que le ha fallado el sistema. "Supone un entorno estructurado para la gente, pero sin las exigencias de la educación tradicional", explica Stuart Bakewell, jefe de área de St Mungo. "Es como si rellenara un hueco".

Una de las claves, añade, es tratar a los mendigos, acostumbrados a soportar todo tipo de etiquetas, de "estudiantes". Uno de ellos, David, de unos 50 años, explica que si acude a Recovery College es para empezar de cero. "Es una oportunidad para que descubra qué hice mal", confiesa.

"Estamos todos juntos en esto. Tenemos que descubrirlo". De ahí la importancia de ser "estudiante": convierte a todos en iguales. Les permite centrarse no solo en lo que están aprendiendo, sino también en las relaciones con los demás. Se puede reír juntos, pueden cometer errores juntos y, sobre todo, pueden pasar juntos horas que de otra forma pasarían solos.

En una ciudad, Londres, en la que la mendicidad se está disparando (cada año hay un 40% más mendigos que el año anterior, según Bakewell), la idea es curar la causa número uno de este problema: fracaso escolar. En cuanto un alumno completa seis cursos puede aspirar a ser matriculado en unas clases para mayores o, se espera en el futuro, trabajar de voluntario en un museo de Londres.

Mientras, los que están usando esta institución están descubriendo un mundo nuevo. Un mundo en el que son aceptados y pueden crecer. Por eso Steve, el disléxico que fue confudido con un discapacitado mental cuando era pequeño, es capaz de coger tres autobuses cada día para ir a sus clases.

Fuente: Yahoo! España
La “universidad para mendigos” de Londres, un éxito arrollador