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Proponen utilizar virus para luchar contra las infecciones hospitalarias

Si nos dijesen que al operarnos en un hospital van a introducir virus en nuestro cuerpo, a la mayoría de nosotros no nos parecería muy buena idea. Y sin embargo, esta es aproximadamente la propuesta que hace un equipo de científicos. Siendo precisos la idea es tratar las prótesis hospitalarias con una clase de virus que ataca a las bacterias y no a los humanos, con la intención de evitar infecciones post-operatorias.

En realidad, el método no es nuevo. Era una técnica muy habitual durante el siglo XIX, que se mantuvo en la extinta Unión Soviética y se sigue realizando en los países que antes pertenecían a ella. Lo novedoso es la forma de realizarlo.

La base científica es muy sencilla. En la naturaleza existen unos virus denominados bacteriófagos – literalmente “comedores de bacterias”, a los que se conoce como fagos – que atacan a las bacterias y provocan la lisis celular o rotura de la pared bacteriana. Explicado de manera simple, entran en las células bacterianas, se reproducen y para liberarse hacen que la célula “explote”.

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Así que, básicamente, lo que se está haciendo es emplear al enemigo natural de las bacterias contra ellas mismas. Y lo mejor de todo es que el riesgo de que provoquen problemas en humanos es muy pequeño. Estos fagos no son capaces de infectar una célula animal, mucho menos las de las personas.

Sí pueden tener un efecto nocivo sobre la microbiota, lo que comunmente llamamos “flora bacteriana”. De hecho, esta es la razón por la que dejaron de usarse para evitar infecciones hospitalarias. Pero como cada vez hay más cepas de bacterias resistentes a los antibióticos, parece buena idea el volver a una técnica antigua que funciona.

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La diferencia fundamental con la técnica del siglo XIX es la forma de hacer llegar los virus hasta las bacterias. Y esto también reduce los problemas que podría provocar. Las prótesis tendrían una capa en la que se encontrarían los virus. De esta manera impedirían que se formasen “biofilms” - una película de bacterias que recubre la superficie de la prótesis – y evitarían las infecciones localizadas, pero tendrían mucho más difícil, casi imposible, salir de ahí y colonizar el resto del cuerpo.

Estas nuevas prótesis aún no se están utilizando, pero los ensayos médicos ya han demostrado su utilidad. Especialmente para luchar contra Escherichia coli y Staphylococus aureus, dos de las especies bacterianas más comunes en este tipo de infecciones.